Una inquietante experiencia inmersiva

'Un lugar tranquilo', cuyo éxito en 2018 fue una agradable sorpresa, describía la angustia de una familia que vive en una casa en el bosque sin emitir ruido alguno. ¿La razón? Unas misteriosas criaturas se guían por el sonido para cazarles. La supervivencia de los protagonistas depende del silencio, una premisa atractiva que no se pierde por el camino y tira de trucos bien orquestados para atemorizar al espectador. Obviamente, si no hay paz en la sala de cine la propuesta pierde fuerza. Explotando a conciencia un planteamiento minimalista, la ausencia de sonido es la principal baza de la película a la hora de generar tensión. A su vez, la oscuridad ayuda a vivir con mayor intensidad las sensaciones que plantea. 'Tiburón' no sería considerada una obra maestra si únicamente atendiésemos a las secuencias donde sale el escualo. Hay mucho más en los diálogos y una labor excepcional de montaje.

La continuación de este relato protagonizado por Emily Blunt -cual Sigourney Weaver en la saga 'Alien'- aprovecha los hallazgos de su predecesora y su aumento de presupuesto. John Krasinski firma esta vez el guión en solitario y dirige con arrojo un filme inquietante, más espectacular -atención al preludio-, que se revela como una recomendable experiencia inmersiva. La familia Abbot, completada con el trabajo actoral de Millicent Simmonds y Noah Jupe, sale de su refugio y debe enfrentarse a los peligros del mundo exterior con todas las consecuencias. En su periplo confirmarán que los monstruos que les acechan no son el único problema que amenaza a la raza humana. De nuevo el cine de género como parábola social. Cillian Murphy se une al elenco principal.

Thriller y horror se dan la mano en 'Un lugar tranquilo 2', cuya acción echa andar directamente desde el final de la entrega inicial. «Si la primera película tenía un ambiente íntimo, del estilo de los western caseros, esta otra se parece más a un western itinerante», señala Krasinski, que antes del tirón del filme no pensaba en una posible secuela. «Tiene un aire más épico. En la primera no quise abandonar los confines de la granja, pero esa posibilidad siempre estuvo presente, en un segundo plano, en mi mente. Además, la reacción que tuvo el público ante la primera película y el hecho de que la gente se plantease esa misma cuestión, me resultaron verdaderamente inspiradores. Porque en mi interior tenía un intenso deseo de explorar eso».

Así, los Abbot se embarcan en una travesía impredecible, repleta de obstáculos. «Nunca previmos la vida meteórica que cobraría la película», indica Blunt. «Pero ahora hemos visto que el público quería saber más sobre lo que le pasaba a continuación a la familia». «Todos tenemos la esperanza de haber preparado bien a nuestros hijos para la vida, de modo que sean capaces de sobrevivir», añade el director sobre el trasfondo de la historia. «Pero en el fondo, se espera mucho más, se espera que tus hijos se conviertan en algo especial, que se integren en la comunidad con los demás, y esas ideas también estaban en mi mente».