El horror rural de 'Lamb' triunfa en Sitges

A falta de saber el Premio del Público, los galardones no han sorprendido en demasía. «Lo hemos gozado una barbaridad», comentaba el cómico Joaquín Reyes antes de leer el fallo del jurado frente a la prensa. «Pocas películas», añadía, con un claro tono irónico. «Gracias a la cerveza patrocinadora he podido sobrellevar tantos momentos inquietantes en la sala de cine». Además de los cortometrajes, cerca de 35 películas han concursado en una Sección Oficial bien nutrida en la que ha destacado especialmente 'Lamb', de Valdimar Johánnssonla, película ganadora del máximo premio con la unanimidad de los cinco miembros del jurado.

«Cuenta una historia alegórica de una manera original, con algunos instantes que sorprenden», señala el crítico Antonio Trashorras sobre la película ganadora, que cuenta la historia de una pareja con un curioso bebé al que deben cuidar. «Da pie a muchas teorías», añade Reyes. «Desconcierta». Se estrenará pronto en nuestros cines, y es mejor no saber mucho más de ella para degustarla en su plenitud. «Nos ha gustado a todos y es difícil que esto ocurra», continúa Trashorras. «Ha habido confluencia, pero lo habitual es lo contrario, que cada cual tenga su película favorita y sean casi todas diferentes. No siempre hay un consenso así».

Se ha quedado fuera, con una mención especial, una de las propuestas que más sonaba en las quinielas, 'The Innocents', un cuento infantil sumamente desasosegante dirigido con buen tino por Eskil Vogt. «Ha sido una forma de reconocerla, porque era injusto no mencionarla», indica Alaska, también miembro del variopinto jurado. «Nos impactó, pero finalmente se quedó fuera de la lista principal». El galardón que más ha sorprendido ha sido el Premio Especial a 'After Blue', de Bertrand Mandico, una apuesta lisérgica, sin complejos, que despertó filias y fobias entre la audiencia, con desbandada en el patio de butacas. «Es la película más especial que hemos visto, se va a hablar mucho de ella tras su paso por el festival», defiende la cantante de Fangoria. «Es desde ya una película de culto».

«Con tantos premios hemos podido cubrir mucho talento, y aún así han quedado algunos títulos fuera», afirmaba Luna, directora de 'Stranded: Naufragos' y 'Moscow Zero', filmes que presentó en Sitges en su día. «El nivel ha sido bueno, ha estado difícil desechar algunos títulos desde el principio», remata Alaska. Ali Abassi, director de la aplaudida 'Border', ha sido el más crítico durante la lectura del fallo, resaltando que el cine actual vive de la nostalgia y se moja poco políticamente. Sorprende que hayan otorgado varias menciones sin dar las razones concretas, como es menester, con un ex-aequo a la mejor ópera prima para 'The Blazing World' (Carlson Young) y 'The Execution' (Lado Kvataniya). La mejor dirección ha recaído en 'Nitram', un discutible retrato sobre la psicopatía.

Otro trofeo a medias, ha sido el de mejor interpretación masculina para Caleb Landry Jones, por su entrega en 'Nitram', y Franz Rogowski, brutal en 'Luzifer' -aunque su participación en 'Freaks Out', olvidada por el palmarés, es también digna de elogio-. Su compañera de reparto, Susanne Jensen, comparte el premio a la mejor interpretación femenina con la popular Noomi Rapace, por su llamativo papel emocional en 'Lamb'. El mejor guión ha recaído en 'Silent Night', de lo más divertido visto en Sitges, con pronta fecha de estreno en nuestra cartelera. La mejor fotografía ha sido, merecidamente, para 'Limbo', un thriller asiático pesadillesco cuyas imágenes en blanco y negro hacen temblar la retina. Ha arriesgado el jurado de la crítica, premiando dos controvertidas apuestas, la mentada 'After Blue' y la desconcertante 'Mad God', obra magna de Phil Tippett de difícil digestión. El festival recupera brío en una edición excepcional. «Sigue adelante, hay que crear y construir», remarca su director artístico, Ángel Sala. «Hay que avanzar, no hay que quedarse en lo que éramos hace nos años». La mirada ya está puesta en 2022.