'Hope', un emotivo drama sobre el cáncer y las segundas oportunidades

Lo hace por medio de Anja (Andrea Bræin Hovig), un trasunto de la propia Maria, es una directora teatral, que vuelve a casa después de su primera producción en el extranjero. Vive con su pareja, Tomas (Stellan Skarsgård), otro director de gran talento, y con los tres hijos que han tenido juntos. Desde hace unos días, un dolor de cabeza no la deja dormir, así que el 23 de diciembre acude a la consulta, donde le piden que se haga una resonancia. El resultado no puede ser peor: el cáncer ha vuelto, es terminal y esta vez el tumor se encuentra en el cerebro.

Comienza así una emocionante y cruda película que se aleja de las manidas historias de superación y que, poco a poco, va descubriendo todas las aristas y consecuencias de una enfermedad que plantea multitud de interrogantes, supura incertidumbre para el enfermo y las familias, y de la que, incluso, pueden extraerse aspectos positivos. Anja y Tomas, los dos artistas, llevan años tan centrados en el trabajo que se han ido distanciando. Esta situación adversa pondrá de nuevo a prueba un amor que parecía del todo olvidado.

'Hope' no es una película amable ni sensiblera -y mira que era fácil caer en ello- y aborda desde la sinceridad y la emoción contenida asuntos como las dudas, los miedos, los cambios que produce la medicación, la búsqueda vital de la segunda opinión, la desesperación, lo compleja que es la comunicación, la angustia por el futuro de los hijos, las noches de insomnio, el dolor o las verdades, a menudo crueles, que sobresalen cuando estalla la realidad y la esperanza se desvanece. Pero también trata sobre las segundas oportunidades en el amor, sobre redescubrirse a uno mismo y al que tiene al lado y sobre lo importante que es discernir entre lo esencial e importante y lo accesorio.

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Presentado en el Festival de Toronto y, más tarde, en la sección Panorama de la Berlinale, el filme recibió el aplauso unánime de la prensa internacional, así como el Premio Europa Cinemas Label. Con unas actuaciones contundentes -la espectacular Andrea Bræin Hovig recibió el Amanda Award a la mejor actriz y fue nominada en los Premios de Cine Europeo, donde también fue nominada la directora-, contaba Sødahl en una entrevista reciente que el gran reto a la hora de escribir el guion «fue evitar mirarse el ombligo. Más concretamente, tuve que encontrar el equilibrio correcto en términos de compartir material tan privado que apenas me atrevía a revelarme incluso a mí, para lograr una historia personal, en lugar de privada».