'Gunpowder Milkshake': John Wick en clave femenina

Algún jerifalte de la famosa plataforma de ocio en streaming ha pensado que este 'John Wick' en clave femenina puede funcionar en el circuito tradicional a este lado del Atlántico, lo que permite a la audiencia potencial europea, y más allá, disfrutar en pantalla grande con una de las películas de acción del año, mal que les pese a algunos agoreros que ya han mostrado su rabia en la red, difamando la película sin verla, bajando la dichosa media en las puntuaciones de Internet. El filme no merece tanta inquina porque cumple visualmente con buena nota y ofrece al respetable algunas escenas de trompazos y tiroteos con coreografías dignas.

El hecho de que la protagonista principal, una antiheroína de cómic, sea una mujer parece que irrita en demasía a los internautas en celo. Karen Gillan, Nebula en el Universo Cinematográfico de Marvel y una de las aventureras en el reboot de 'Jumanji', encarna a una asesina a sueldo implacable que deja a la Viuda Negra a la altura del barro. Su metodología de trabajo a la hora de exterminar por encargo a quien le señale un poderoso sindicato del crimen se tambalea cuando se ve empujada a cuidar a una criatura huérfana que irrumpe en escena. La niña logra despertar su instinto maternal, es un decir, o más bien rescata lo poco que le queda de humanidad. La mercenaria tiene su corazoncito y, como ocurre en 'El profesional (Léon)', se decanta por preservar la infancia enfrentándose con uñas, dientes y todo un arsenal de armas letales, a sus antiguos jefes. Empoderamiento a quemarropa.

Gillan lo da todo en 'Gunpowder Milkshake', aportando su talento y excelente momento físico a un rol que emula a los héroes de acción de última hornada, protagonizando algunos momentos originales en su concepción que ridiculizan, repartiendo estopa, a los sicarios enemigos, todos hombres despistados. Más grandes que ella, más bravucones y exaltados, pero menos listos y bastante torpes y atolondrados. El fuego a discreción va in crescendo cuando otras magnolias de acero se unen a la causa.

El parecido razonable con la mentada saga 'John Wick' es consciente, rozando la parodia. Se ironiza sobre el mundo del hampa, el humor negro campa a sus anchas y algunos pasajes exprimen hallazgos del ámbito del videoclip. Rodada en Alemania, en exteriores de la ciudad de Berlín y en los estudios Babelsberg, viene firmada por el director israelí Navot Papushado, responsable junto a Aharon Keshales de la galardonada 'Big Bad Wolves', un thriller visceral que encumbró a base de excelsos piropos el mismísimo Tarantino. Aquí otorga al público una dosis loable de adrenalina que está por encima de una trama poco consistente que se resquebraja irremediablemente a medida que avanza el entuerto.

Paul Giamatti hace de villano, su especialidad últimamente, mientras Angela Bassett se suma a la fiesta con energía juvenil y una escopeta entre las manos. Hachas, martillos, ametralladoras… el arsenal es interminable. Un espectáculo caricaturesco y disfrutable gracias a un reparto aplicado que se desenvuelve con soltura en un western pop sin complejos que merecía un guion más trabajado. Al menos apechuga con las referencias y no oculta dónde se mira.