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Entre los españoles zarandeados por la Historia se encuentran los que acabaron en los gulags de la extinta Unión Soviética, republicanos pero también miembros de la División Azul, que padecieron el hambre y el frío extremo en los campos de trabajos forzados del estalinismo. Pilotos ... y marinos fieles a la República, maestros, 'niños de la guerra' y trabajadores capturados en Berlín, que cuando acabó la Guerra Civil siguieron sufriendo un infierno entre alambradas. La URSS los consideraba traidores a la patria y en España nadie quería saber de ellos. Fueron entre 400 y 500 españoles, que aparcaron sus diferencias ideológicas ante la urgente tarea de sobrevivir día a día.
'La tregua' recupera este episodio poco conocido de nuestra Historia centrándose en el Karlag o campo de trabajo correctivo de Karagandá, en la estepa de Kazajistán, que se ha reproducido con escalofriante verosimilitud en el aeródromo de Dima, en el corazón de Bizkaia. En España, el libro de Aleksandr Solzhenitsyn 'Archipiélago Gugag' descubrió en los años 70 el horror de estas prisiones destinadas a quienes osaban pensar diferente. Una alfombra de un palmo de barro recorrida por inestables tablones une los barracones cercados por una empalizada y garitas de vigilancia. Como apunta el director Miguel Ángel Vivas, no es un plató, sino «un campo de concentración real» construido la primavera pasada.
El accidente de moto que sufrió en mayo uno de los actores protagonistas, Miguél Herrán, obligó a retrasar el rodaje, que arrancó el 11 de noviembre y concluirá, si todo va bien, el 31 de enero. La lluvia artificial y la propia de la zona, así como la nieve falsa de celulosa mantiene siempre fresco el barrizal, que obliga a usar botas de mariscador al centenar largo de técnicos y actores. Estamos en pleno Parque Natural de Urkiola. Las mañanas son gélidas y la humedad cala los huesos. El jefe de producción, Fernando Carballido, se ocupa de que toda esta compleja maquinaria en apariencia caótica funcione como un reloj.
«Es una película coral con muchos actores, que sucede a lo largo de varios años, de 1939 a 1945, con un epílogo en los años 80», relata Carballido. La producción española más ambiciosa del año también se ha rodado en la mina Lucía de Atauri (Álava) y en el aeropuerto de Pamplona. Creada por Plano a Plano Bilbao, la cinta está producida por César Benítez, Emilio Amaré y Álvaro Benítez. César Benítez y Emilio A. Pina son los productores ejecutivos.
El diseñador de vestuario Alberto Luna enseña en uno de los barracones parte de los más de 500 trajes que vestirán presos y captores. Algunos de ellos se han confeccionado en Kazajistán y Polonia. Otros proceden de los almacenes de Peris, la empresa que dispone de 11 millones y medio de prendas en alquiler. La labor de documentación ha sido ingente. Las chaquetas están rellenas de lana de yak para combatir el frío. Y las condecoraciones de Lavrenti Beria (Algis Arlauskas), jefe de la policía y el servicio secreto (el temible NKVD), son reproducciones exactas.
Arón Piper encarna al capitán de aviación Telmo Reyes, empeñado en demostrar su inocencia ante el ministerio soviético, mientras sigue tratando de cuidar a sus hombres. «Tengo familiares que lucharon en el bando republicano, mi tatarabuelo Julio murió fusilado. Me alegro de que mi personaje sea de izquierdas», se congratula el actor en una pausa del rodaje. «Reyes siente una gran responsabilidad por sus hombres, encarcelados en el gulag sin un juicio previo. Durante toda la película luchará por sacar a sus soldados del campo».
'La tregua' apela a la reconciliación entre españoles en un momento en el que la polarización política ha llegado en nuestro país a extremos insoportables. «Es bastante triste que se pelearan hermanos con hermanos, vecinos con vecinos», lamenta el actor de 'Élite' y 'El silencio'. «Ahora la ultraderecha está en auge peligrosamente, pero la película más que posicionarse en un bando o en otro defiende que todo iría mejor si existiese esa tregua, si tratáramos de entender al otro.Cuando te pueden pegar un tiro en cualquier momento, hay cosas más importante que la ideología».
Arón Piper siente «más responsabilidad» en una historia inspirada en hechos reales que en una ficción pura. Reconoce que este es el rodaje más duro en el que ha participado. «Hay muchas horas de maquillaje, prótesis y vestuario. Y dos meses en la misma localización, lo que se hace muy tedioso. Aunque estar en un campo real ayuda mucho a meterte en el personaje». ¿Qué le gustaría que pasase cuando 'La tregua' se estrene? «Que ayudase a reflexionar, porque los extremos no son buenos. Yque si alguno de los hombres o mujeres que vivieron este infierno pudiesen salir de la tumba para verla la sintiesen fiel y real».
'Tu hijo', 'Secuestrados', 'Asedio'... Miguel Ángel Vivas (Sevilla, 1974) no tiene película mala. Con 'La tregua' se adentra en el subgénero del cine carcelario y de campos de concentración, citando referentes como 'La lista de Schindler', 'La gran evasión', 'Cadena perpetua' y, sobre todo, 'Kapo', de Gillo Pontecorvo. «La he tenido muy presente por la fisicidad que tiene. Al mismo tiempo, he intentado alejarme de todas ellas. 'La tregua' tiene reminiscencias del cine de los 70, trata de conflictos morales. Es una historia que merecía ser contada porque habla de quiénes somos como seres humanos en esta España dividida, en la que nos odiamos hasta en las comidas navideñas. Seguimos igual o peor que hace cien años».
Para sacar adelante su «película reparadora», Vivas se ha metido en su particular 'Apocalypse Now' entre el barro, la lluvia y el frío vasco. «No hay película fácil, porque en todas tienes que encontrar tu punto de vista, pero reconozco que esta es la más compleja a nivel de producción. Prácticamente en todas las escenas hay 80 personas. Contamos los dilemas morales de 12 personajes a lo largo de muchos años», enumera.
Intentos de fuga, pelas, palizas y hasta un partido de fútbol se suceden en una cinta con actores kazajos y rusos, en la que se han cambiado los nombres de personajes basados en presos reales. «Es muy difícil que lo haga mal en este decorado increíble, con este casting y el vestuario», ironiza el director. «Pongo la cámara en cualquier sitio y todo lo que se ve en plano es maravilloso. Es una película cara, pero sobre todo es una película muy mimada, en la que todo lo que he pedido me lo han dado».
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