Godzilla y King Kong regresan convertidos en estrellas

Su remake en 1976 producido por Dino de Laurentiis convirtió a Jessica Lange en un mito sexual en plena era del cine de catástrofes. En 2011, Peter Jackson tuvo carta blanca tras el éxito de 'El Señor de los Anillos' para hacer que por primera vez en la historia del cine un guionista (Adrien Brody) fuera el héroe de un nuevo 'King Kong', donde el encanto de la animación 'stop motion' daba paso al desparrame digital.

La falta de imaginación de los guionistas y el conservadurismo de un Hollywood volcado en secuelas y superhéroes provocaron que en 2021 el gorila gigante volviera no solo a resucitar, sino a enfrentarse a otro icono del cine fantástico por segunda vez desde 1963. Kong saltaba de la Isla Calavera a Hong Kong para retar a Godzilla, la criatura surgida del pánico atómico que azotó Japón tras Hiroshima y Nagasaki de la mano de la productora Toho.

Dos criaturas ancestrales unidas por el llamado MonsterVerse, que regresan de la mano del mismo director, Adam Wingard, y con un reparto discreto porque las estrellas son los bichos. Produce Legendary Pictures, que desde 2014 lleva haciendo caja con versiones de los colosos. Si 'Godzilla vs. Kong' terminaba con sus protagonistas uniendo fuerzas para enfrentarse a Mechagodzilla, 'Godzilla y Kong: El nuevo imperio' explora los orígenes de los titanes y según su director –agárrense– uno de los desencadenantes fue un tuit de Elon Musk.

Al parecer, el dueño de Twitter vio la anterior entrega calificándola en la red social como «un laberinto de pelotas». El primer plano de la última entrega, según Wingard, responde a la pregunta de Musk sobre la procedencia del sol en la Tierra Hueca, el mundo antediluviano en el que residían los Titanes y que se encontraba en el interior de nuestro planeta.

La Tierra Hueca es el escenario de la mayor parte del filme protagonizado por Rebecca Hall, Dan Stevens y Brian Tyree Henry, aunque los fans agradecerán sin duda las escenas de destrucción en ciudades como Roma, Cádiz, El Cairo y Río de Janeiro. La presencia humana ha sido reducida al mínimo. «Quería que la película estuviera narrada desde el punto de vista de los monstruos. De ahí, que haya muchas secuencias que son muy visuales y no haya diálogos, que todo se narre desde la reacción de los monstruos», adelanta el director, que ya prepara otra secuela.

¿Tiene sentido a estas alturas contemplar a Godzilla y King Kong peleándose entre las pirámides de Giza? Pues sí, siempre que se aparque la lógica de una trama sustentada en teorías loquísimas y uno se entregue a una orgía de efectos especiales que, todo hay que decirlo, lucen más que en 'blockbusters' de presupuesto superior a esta 'serie B' con la que Warner llenará las salas esta Semana Santa.