Secciones
Servicios
Destacamos
Aventurero y cineasta, Gerardo Olivares (Córdoba, 1964) ha logrado unir sus dos pasiones en varias ocasiones. El pasado fin de semana, el ganador de la Espiga de Oro en 2007 por '14 kilómetros' estrenaba en los cines '4latas', una road movie rodada en pleno ... desierto y protagonizada, entre otros, por Jean Reno.
-¿Qué tiene el desierto que siempre vuelves a él?
-Te hace ser muy chiquitito y entonces empiezas a relativizar mucho tu vida cotidiana. Aquí, en Madrid, entras en una vorágine que al final no te deja pensar y yo, cada vez que voy al desierto, es como que desconecto de todo y es un lugar donde yo me siento muy a gusto. Desde la primera vez que fui con mi padre, con 15 o 16 años, que llegamos simplemente a las puertas del desierto descubrí un paisaje abrumador, infinito, que lo único que me pedía es seguir metiéndome a ver hasta donde llega. Y esa ha sido un poco la obsesión de atravesar el desierto por todos lados. Así que es un lugar con el que yo tengo una química y una conexión especiales, que me inspira mucho para contar historias. Además, luego las gentes que viven en el desierto son muy especiales porque han logrado adaptarse a uno de los entornos más complicados y más dificiles. Así que cada vez que puedo me escapo para alla.
-¿Cómo surgió esta road movie?
-Surge en 1990 cuando me voy con un Seat Panda a la frontera con Mali, atravesando el desierto. Cuando llegué me encuentré a unos franceses que bajaban con Peugeot 504, unos vehículos antiquísimos y hechos mierda. Iban a venderlo a Mali o Niger y eran como los últimos románticos de una generación y un movimiento que a finales de los setenta y principios de los ochenta se puso bastante de moda en centroeuropa. Era gente joven que quería vivir una aventura y la aventura estaba ahí en el desierto del Sáhara. Compraban coches de segunda mano, los bajaban y los vendían y con el dinero que conseguían, si les llegaba, se compraban el billete para volver en avión. Fue una historia que me atrajo mucho. A ella sumé las historias que he ido viviendo en el Sáhara en estos treinta años y me planteé que se podía hacer una película de ficción que mezclara ambas cosas.
-¿Tuviste siempre a los actores en la cabeza?
-A Jean Reno siempre porque él fue un poco el que me dio el empujón para que yo escribiera '4latas'. Estábamos rodando una película juntos en el norte de Italia y un día, charlando, me preguntó que si tenía algún proyecto en la cabeza. Después de contársela me dijo: «Si la escribes, yo te la hago». Así que escribí con él en mente. Y el otro personaje que siempre tuve claro fue el personaje de Soriano, para Arturo Valls, porque somos muy amigos y yo quería trabajar con él.
-¿Qué ha sido lo más duro del rodaje?
-Lo más complicado han sido las tormentas de arena. Son imprevisibles y no puedes hacer nada cuando llega una. Tienes que guardar todo el equipo echando leches porque si no se te pueden joder las cámaras. Por otro lado los actores no pueden ni abrir los ojos y para poder hacer una mínima interpretacion hay que esperar a que pasen. Es una putada porque nos ha quitado muchas horas de rodaje pero para mí era muy importante rodar en el desierto para que se viera lo que es y también tener esa sensación de viento, de arena y de polvo. Y luego, al ser una road movie, tenía que haber un cambio de paisaje.
-Da la sensación de que buscabais vuestra propia aventura.
-Absolutamente. Para mí era fundamental. De hecho ya fue una putada no poder rodar en Senegal porque no teníamos suficiente prespuesto. Tiré de experiencia y conocimiento del Sáhara para buscar entornos que dieran la sensación de cambio de paisaje sin separarse mucho de determinadas zonas. Es muy diferente cuando vas con sesenta personas que cuando vas con cuatro a rodar un documental. No tiene nada que ver.
-La película tiene un punto muy nostálgico. ¿Tu lo eres?
-Sí y cuantos más años cumplo, más todavía. Yo tengo un Land Rover preparadp para bajar al desierto cada vez que me da la gana. Y le decía a mi esposa el otro día que tengo la urgencia de seguir bajando al desierto porque no sé cuánto tiempo más voy a poder hacerlo. Y es porque yo he sido tan feliz en el Sáhara que cada vez que bajo me vienen unos recuerdos maravillosos y también por las propias experencias del momento. La vida merece la pena por esto. Todo lo que pasa en Madrid tiene que pasar para que yo pueda volver a bajar de nuevo. Y sí hay mucho de nostalgia entre otras cosas porque una de las veces que atravesé el Sáhara lo hice con dos personas que ya no están y fue un viaje muy especial.
-La cinta también toca temas más dramáticos como las migraciones, pero siempre con un punto humorístico. ¿Fue esa siempre la intención?
-Sí. Creo que hay que desmitificar. El drama esta ahí y con '14 kilómetros', la cinta que rodé en 2006, creo que ya fui muy realista. Pero en este caso no quería entrar en el cliché de pobre negrito inmigrante, yo quería él fuera también complice de esta aventura.
-¿Qué fortalezas y debilidades te has visto como cineasta?
Para mí lo más difícil de una película es escribir el guion. Es un ejercicio tan complicado el poner sobre el papel una historia para que luego quede redonda... Mi fortaleza es la fotografía y el saber elegir los actores para los personajes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.