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A Santiago Segura (Madrid, 58 años) y Ernesto Sevilla (Albacete, 45 años) les chifla la Navidad. «Estas fechas nos motivan muchísimo», asegura el padre de 'Torrente', entregado al cine para todos los públicos desde que en 2019 estrenara 'Padre no hay más que uno'. Y ... es raro porque, como el propio Segura reconoce, cada vez son más los detractores de unas fiestas que llaman al reencuentro entre familiares y amigos, pero también a un consumo desaforado. «Cada vez que en reuniones alguien dice que odia la Navidad, yo siempre me muerdo la lengua porque a mí me encanta desde pequeño, por muy baboso y edulcorado que sea. Las lucecitas, los villancicos... Es mi momento favorito del año», afirma.
Y quien mejor que él para dar vida a Papa Noel. «Es una responsabilidad porque si haces mal el papel de una persona que existe puede haber represalias. Puede que no reciba regalos nunca más si no le gusta, pero yo creo que sí», deja caer Segura. Lo hace en 'La Navidad en sus manos', la última película de Joaquín Mazón, que este viernes llega a la cartelera y que recoge el espíritu de '¡Vaya Santa Claus!', aquel filme de los noventa en el que Tim Allen se veía obligado a hacer las veces del mítico Santa, después de que este hubiera sufrido un accidente laboral. En 'La Navidad en sus manos' es Sevilla quien se mete en la piel de Salva, un buscavidas y padre ausente, que deberá transmutarse en Papá Noel y repartir todos los regalos en Nochebuena si quiere recuperar a su familia.
«Esa era, sobre todo, la novedad», explica Sevilla. «Yo he hecho golfillos, sinvergüenzas y, sobre todo, juerguistas en los que, por lo que sea, no me cuesta mucho meterme, pero esta vez era un padre y tenía su parte tierna y me lo tomé como un reto», continúa el actor que en una de las secuencias deja escapar hasta una lágrimilla. «Ya me imagino los mensajes: 'Se me ha caído un ídolo'», dice a su lado divertido Segura.
La sintonía entre ambos parece fantástica. «Yo soy muy admirador de Santiago desde toda la vida y me hacía mucha ilusón trabajar con él», cuenta el de Albacete, que ya le echó valor y se acercó a él cuando estudiaba Bellas Artes en Cuenca y el director de cortometrajes como 'Evilio' o 'Perturbado' dio una charla en la facultad. «Lo admiraba mucho y le dije que estaba haciendo un corto y que si quería participar en él. Me dijo que no, muy amablemente, pero estuvo hablando conmigo un buen rato y ya me fui contento y me hicieron una foto que tenía en la mesa donde estudiaba y que mi madre ha estado viendo toda la vida. Por eso esta colaboración le ha emocionado mucho».
De hecho, fue sugerencia del propio Segura que Sevilla acabara protagonizando esta comedia familiar destinada a hacer las delicias de los más pequeños. «Es que yo también soy fan suyo. Los 'chanantes' siempre me han hecho gracia y cuando leí el guion de esta película pregunté quién iba a ser el protagonista. Me dieron cuatro nombres y les dije que no estaba interesado, me preguntaron que a quién veía yo y les dije que a Ernesto. Una semana después me dijeron que ya lo tenían. Unos productores muy inteligentes», zanja.
Un papel, el de Sevilla, bastante físico. «He hecho muchas caídas y las hacía yo porque me gusta -explica el también director-, pero llegué al rodaje con una costilla fisurada porque me caí en un concierto de Ojete Calor cuatro veces desde las lanchas de goma con las que te lleva el público y la última fue al suelo. Es que lo hice muy mal, estaba muy tenso... Si te fijas, cuando se sube Carlos Areces va como un muñeco». «Pero es que Carlos va siempre como un muñeco», responde Segura divertido.
Cabe hacerles la pregunta obligada, ¿son más de Papá Noel o de los Reyes Magos? Sevilla lo tiene claro: «Por mi edad, porque yo creo que lo de Papá Noel llegó más tarde, y porque en mi casa éramos muy tradicionales, fuimos siempre más de Reyes Magos y era una mierda porque iban el último día antes de empezar las clases». En el caso de Segura, su madre, que era una avanzada a su tiempo, siempre les dijo que escribieran a Papa Noel, que siempre llegaba antes. «Ese drama de tener los juguetes el día 6 y al día siguiente tener que ir a clase me parecía una crueldad. Los Reyes Magos eran un poquito lentos, ya sé que van en camellos, pero donde esté un trineo volador... Yo soy más de Papá Noel, al 100%», dice. «Y de los camellos», concluye Sevilla.
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