Éric Toledano: «Mucha gente solo conoce el autismo por 'Rain Man'»

Los autores de 'Intocable', un fenómeno mundial que superó los 440 millones de dólares de recaudación, saben cómo pulsar la tecla de la emoción en el espectador. Con más de dos millones de entradas vendidas en Francia, 'Especiales' obtuvo el Premio del Público en el Festival de San Sebastián con una puntuación de 9,19 sobre 10, la más alta registrada en la historia del certamen.

Es la mejor prueba de cómo engancha esta historia de dos cuidadores de niños y adolescentes autistas en su día a día basada en personajes reales. Una labor abnegada que les impide tener una vida personal plena y en la que se enfrentan a un sistema que pone trabas a unas ONG que atienden a familias desesperadas, a las que Administración ignora. Nominada a nueve Premios César que se entregan este viernes, día de su estreno entre nosotros, 'Especiales' ha originado un debate social en Francia y cuenta con dos actores extraordinarios: Vincent Cassel y Reda Kateb.

–Un miembro de su familia es autista.

–Tengo un primo autista. Creo inconscientemente que eso ha influido para hacer esta película, soy más sensible al problema. 'Especiales' va más allá del caso particular de mi primo, nos interesaba transmitir las dificultades por las que pasa gente como los protagonistas. ¿Quién establece que alguien es normal? Es una convención en la que personas 'normales' establecen qué es la realidad. Pero como ellos no pasan tiempo en este mundo desconocen que hay gente que vive de manera diferente y que a veces dan la impresión de que sufren. He visto en mis tíos qué ocurre cuando se alimentan esperanzas de nuevos medicamentos, nuevos métodos... Estamos tan perdidos que necesitamos creer en lo que sea.

–Las imágenes documentales finales revelan que los dos protagonistas existen en la vida real. Habrá quien piense que son demasiado abnegados, casi santos. Que nadie se entrega tanto a su trabajo.

–Es posible. Curioso, esa visión de santidad me la han dado ustedes, los periodistas españoles. Debe ser que la visión del santo está muy arraigada en su sociedad, nadie hasta ahora me había hablado de una imagen religiosa. Yo en la película veo a personas que hacen lo que pueden. No esperan una recompensa ni mucho menos se consideran santos; viven en la acción, no en la reflexión. Los médicos les han explicado que las familias de estos pacientes están a punto de desmoronarse. No tienen ni un momento de respiro, y no se les puede dejar así. Las primeras asociaciones se crearon para aliviar a familias una o dos horas el fin de semana, en vacaciones... Había un estado de urgencia.

–Uno es judío y el otro musulmán. Usted proviene de una familia que emigró de Marruecos... El mestizaje en su cine es fundamental.

–Era importante mostrar que, sea cual sea la religión o el color, si todos vamos en la misma dirección el hecho diferencial es menos importante. No hay tensión religiosa entre ellos, solo les interesa ocuparse de chicos vulnerables de los que nadie quiere saber nada. Una única vez aprecié tensión en la asociación: cuando jugaban el Lyon y el París Saint-Germain. Vivimos un momento en el que todo el mundo está replegado comunitariamente. Era hermoso mostrar a gente que había comprendido cómo las cosas podían funcionar.

–¿Qué película le parece que refleja bien a personas con un problema de salud mental? ¿No cree que la locura se ha mitificado en el cine?

–El cine siempre se ha interesado por la locura, por lo que se sale del marco de lo establecido. En la vida, en general, hay locos y normales. El arte permite comprender que el loco es alguien hiperconsciente, que percibe las cosas de manera diferente a los demás. Si hablamos de minusvalías, 'Mi pie izquierdo' me marcó mucho; 'El octavo día', de Jaco van Dormael... Y 'Perfume de mujer', con Vittorio Gassman. 'Rain Man' era interesante, aunque el tema estaba tratado a la americana. Mucha gente nos ha dicho que solo conocía el autismo por 'Rain Man' hasta que han visto 'Especiales'. Ese es el valor del cine, hacerte entrar a sitios que no conocías. Como ver a un joven autista en un café, dándose cabezazos contra la pared. No quieres verlo, te preguntas qué hace ahí. Viendo la película comprendes lo que deben estár pasando los padres. La película arranca con una chica corriendo y dos hombres persiguiéndola. En la realidad, los protagonistas han tenido que aclarar a la policía muchas veces qué hacían, porque un hombre árabe o negro inmovilizando a una chica blanca enciende todas las alarmas y hace pensar en una agresión. De esas paradojas visuales se nutre el cine.

–Como en 'Intocable'.

–Sí. Después de 'Intocable' hubo muchas películas que hablaban de minusvalía pensando que el cine es una industria y que también iban a funcionar.

–'Especiales' muestra que donde no llega la Administración aparecen las ONG, a las que muchas veces se les torpedea su labor. ¿Ha originado el filme un debate público en Francia?

–Sí. La promoción fue muy potente y acudió mucha gente a las salas. Hicimos una proyección en la Asamblea Nacional y también en el Elíseo. Emmanuel y Brigitte Macron vieron la película con todo el equipo del filme, médicos, asociaciones... ¿Cómo es posible que se impida trabajar a gente de buena voluntad? El debate público sobre el tema sigue gracias a la película. Este año ha habido en Francia muchos largometrajes de temática social: 'Los miserables', sobre la situación en la 'banlieue', 'Gracias a Dios', de François Ozon, sobre la Iglesia y la pedofilia...

–'Especiales' demuestra que si estamos muy volcados en nuestro trabajo no podemos tener vida personal.

–Sí, en ese sentido sí que parecen santos sin vida sexual, era un chiste recurrente en la asociación. Un judío practicante que no está casado ni tiene hijos es un caso atípico, normalmente tienen cinco o seis. Al optar por esta profesión de alguna manera ahora tiene cincuenta o sesenta hijos. Era gracioso ver a un seductor como Vincent Cassel teniendo problemas con las mujeres...

–Conoce a Olivier Nakache desde que eran adolescentes y acudían a un campamento de verano, del que acabaron siendo monitores. En cierto sentido siguen haciendo lo mismo, entretener.

–Exactamente. Siempre he pensado que la vida es como el boxeo: empiezas en una categoría y vas subiendo.