'Enjambre', despedida de soltera que suelta demonios y pierde fuelle

Casi todas ofrecen una imagen que poco o nada tiene que ver con la realidad. La única que se mantiene al margen de sueños y pasiones es Amaia (Naiara Arnedo), sin vínculos afectivos más allá de su cuadrilla. Observa, actúa y sirve de argamasa entre ellas. Y es que todo se precipita como una partida de billar enloquecida. Cada actriz tiene su momento de gloria. A veces, muy pasado de rosca. El personaje de Leire (Aitziber Garmendia, que lo da todo en esta película) llega a parecerse demasiado a Jack Nicholson en 'El resplandor', eso sí borrachín y mucho más inofensivo.

En última instancia, todo se queda en un fuego cruzado (de fogueo) que dura 90 minutos en castellano. Y un poquito más la versión que se ha rodado en euskera. El guion en las dos lenguas ya lo tenían muy trabajado las seis intérpretes. Son las mismas que, en los últimos dos años, han recorrido los escenarios del País Vasco con la obra teatral del mismo nombre. El texto original es de Kepa Errasti y rezuma una aparente complicidad femenina y feminista. «Eres la única persona con la que me olvido que soy madre», le dice una amiga a otra cuando ya se han quitado todas las caretas. Esa frase resume el sentir de la película.

Ninguna de las protagonistas goza de una vida plena. Hay desengaños, frustraciones y en algunos casos mucha inmadurez. No aparece ningún hombre, se habla de ellos y se constata que no son perfectos ni imprescindibles. Algo que también se podría decir de nosotras, claro. Pero eso ya sería otra película. En 'El enjambre' se presenta a las mujeres como abejas en su colmena, zumba que zumba, y al final terminan mareando. El ritmo en una comedia es fundamental y aquí falla. ¿Lo mejor? Que las seis actrices tienen tablas y salen indemnes.