Secciones
Servicios
Destacamos
El mayor lastre de 'Drive my car', o más bien el único, es su duración, casi tres horas de ficción que, afortunadamente, se pasan volando si entras en el juego de la mano de Ryûsuke Hamaguchi, reconocido prestidigitador tras la cámara que en esta ocasión ... parte de un relato corto del loable escritor Haruki Murakami. Tras 'La ruleta de la fortuna y la fantasía', ganadora del Oso de Plata en la Berlinale del pasado año, estrenada recientemente en nuestra cartelera, la nueva propuesta del laureado director encandila a quien se deja llevar por un relato intimista fascinante cuyo tempo hipnótico ha enervado a algún crítico trasnochado.
Ganadora del Globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa, es uno de los títulos preseleccionados al Oscar a la mejor película internacional, representando a Japón. Su gozoso periplo por festivales (Cannes, Chicago, Nueva York...), acumulando galardones, le sirve como tarjeta de presentación exultante ante la comunidad cinéfila, pero las virtudes de este personal largometraje van más allá del puro arte cinematográfico, pudiendo interesar a todo espectador mínimamente inquieto. El viaje, protagonizado por Hidetoshi Nishijima ('Mientras ellas duermen'), Tôko Miura ('El tiempo contigo'), Reika Kirishima ('Tokio Blues') y Masaki Okada ('Confessions'), presenta a un dramaturgo en pleno conflicto con los demonios de su pasado y la muerte de sus seres queridos. Acepta dirigir una obra de teatro en Hiroshima, donde conoce a una joven reservada que será su chófer y confesora. Los trayectos desde las tablas donde tienen lugar de los ensayos y el hotel donde pernocta el actor y director dan para muchas jugosas conversaciones sobre los problemas de ambos contertulios. A su vez, la interacción con otros personajes en escena añaden vivencias de toda índole.
De lirismo envolvente, 'Drive my car' no se ajusta, en absoluto, a los cánones del cine más comercial, pero, aparte de ofrecer algunas imágenes sumamente bellas, logra atrapar a través de la palabra y las emociones. El responsable de 'Asako I y II' y 'Happy Hour' se preocupa de temas como el arte y la representación de la vida, el perdón y la pérdida. Las confesiones de los protagonistas actúan como motor de una acción pausada visualmente conmovedora. Si la etiqueta de obra maestra le viene grande, o no, lo dirá el paso del tiempo. De momento es difícil robarle el sobresaliente. Una buena muestra de cine contemporáneo que refleja la insoportable levedad del ser humano.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.