Donosti al calor del horror

Como efeméride, la Semana de Donosti perdió parte de su carisma debido a la ausencia de bar en el Teatro Principal. La audiencia, con mascarilla, no pudo darle a la cerveza y las palomitas, pero algo de cachondeo si hubo durante las proyecciones. La catarsis colectiva habitual no fue la misma, pero no se perdió al 100%, lo que es de agradecer en una año extraño que dio el pistoletazo de salida con la cinta coreana 'Península', uno de los fiascos del pasado Sitges. Se esperaba mucho de la continuación de la férrea 'Train to Busan', pero no funciona igual. Apuesta por un espectáculo de acción que depende demasiado de unos efectos visuales cogidos con pinzas. Entretenimiento no falta, pero los zombis no dan tanto miedo. En Halloween hubo ocasión de degustar un doble programa delirante, 'Psycho Goreman', el enésimo homenaje a las películas de culto de género de los años 80, con bastante gracia, y 'Sky Sharks', caspa heredera de la saga 'Sharknado' que se llevó la peor puntuación del público. Gustó más 'Tailgate', propuesta holandesa que plantea una trama de notable tensión en la carretera, y el día se cerró con la aplaudida proyección del tirón de la serie 'Caminantes', dirigida por Koldo Serra con guión de José A. Pérez Ledo. El máximo responsable de '70 binladens' fue el único director presente en el festival para defender su criatura sobre el escenario, una gesta indigesta en el marco del impredecible evento donostiarra, donde funcionó la posibilidad de ver un episodio tras otro, como si fuera un largometraje. La idea de ver a una familia de psicópatas cargándose excursionistas siempre funciona.

El Día de Todos los Santos venía patrocinado por Sitges, con tres títulos bien seleccionados, con una calidad reseñable. 'Host' es la película de terror del confinamiento. Modesta en sus medios y efectiva en su cometido. Cuando creíamos que el 'found footage' estaba muerto para el género, aparece esta pequeña película capaz de poner los pelos de punta con los mínimos elementos. Cuidado con la webcam y las videollamadas. 'Sea Fever', por su parte, no cuenta nada nuevo, pero lo hace manteniendo una calidad respetable con algún giro bien encauzado. Los tripulantes de un barco pesquero se topan con una anomalía en alta mar que resulta ser un extraño virus muy peligroso, muy de actualidad. 'La nube', con su digna fusión entre horror y cine de autor, no arrebató lo suficiente a la audiencia de la Semana, pero deleitó a los paladares receptivos con la historia de una madre desesperada que se dedica a la crianza de langostas para hacer harina y acaba alimentando a los voraces insectos con su propia sangre, lo que deriva en un desastre total. En el Día de los Difuntos pudo verse 'Puppet Master', cult-movie de referencia que atendió a la motivación central de la edición de este año, las marionetas asesinas, con una exposición de títeres comisariada por Topic, el Centro Internacional del Títere de Tolosa, y la proyección de 'Magic' y 'Attack of the Puppet People'. El actor Javier Botet, la niña Medeiros de la saga 'Rec', protagoniza el potente cartel de 2020 vestido de ventrílocuo. Atención también al número especial del veterano fanzine '2000 maniacos', dedicado a los juguetes locos, con abundante información sobre el tema. Jugoso ejemplar para los fans fatales del audiovisual subterráneo que ve la luz, como cada año, con motivo de la celebración del festival.

Siguiendo con el suculento menú del festín de la Semana, 'The Queen of Black Magic', mejor película en la brutal sección Midnight X-Treme del Festival de Sitges, salpicó la platea con una buena retahíla de excesos mientras 'Lupin III: The First' tranquilizó a los agitados espectadores con una buena dosis de anime. 'Post Morten', cansina en la exposición de sustos diabólicos, como un Sam Raimi sin mesura, convenció a gran parte del público asistente, pero se llevó el gato al agua, o más bien el trapo (el matarife es un teleñeco enloquecido), 'Benny Loves You', discutible premio del público que casi consigue la superior -y recomendable- 'Come True'. La audiencia donostiarra está algo encasillada en sus preferencias, como si no hubiese evolucionado desde los años 90. Triunfa cualquier propuesta gamberra con una buena dosis de hemoglobina, el gore por el gore. Nada pudo hacer en el palmarés la autoral 'Los que vuelven', hundida en el ranking. Tampoco 'Le dernier voyage de Paul W. R.', curiosa apuesta gala de tono indeleble, o 'Stigmatized Properties', lo último de Hideo Nakata, un relato de fantasmas y apartamentos encantados sumamente tedioso. 'Meander', clara deudora de 'Cube', empieza bien, con buen ritmo y una contagiosa sensación de claustrofobia para perderse en su tramo final, cuando opta por un misticismo indigesto. El cineasta Javier Aguirre fue homenajeado con el pase de la mítica 'El gran amor del conde Drácula', a la que precedió el corto documental 'La dama del fantaterror', de Diego López, centrado en la vida y milagros de la gran actriz de culto Helga Liné. 'Mandibules' fue el título elegido para la clausura, con lo cual el grito de '¡Toro!' que emiten sus protagonistas como saludo entre colegas no se convirtió en el lema del festival, como en Sitges. Este año el ambiente en la sala de Sitges parecía Donosti, y Donosti... ¿Sitges?

Entre las actividades paralelas se presentó, con unas atractivas imágenes de avance, la película de producción vasca 'Todas las lunas', de Igor Legarreta, de próximo estreno. Se grabó en directo el nutritivo podcast 'Marea nocturna', liderado por la crítica Desirée de Fez, y hasta finales de mes podrá verse una exposición homenaje al maestro del cómic Juan Gimémez, fallecido este año por culpa del maldito coronavirus. 'Brainstorming' se llevó el premio al mejor fanzine y en el apartado de cortometrajes, un formato que la cita donostiarra cuida especialmente, 'Dar Dar', de Paúl Urquijo, se alzó con el galardón del público a la mejor pieza estatal mientras la producción belga 'Migrations', de Jerome Peters, se hizo con el favor del jurado. Un año más la fantasía y el terror inundaron San Sebastián por unos días.