'Doce hombres sin piedad': más allá de la duda razonable
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Sidney Lumet debutó como director con un prodigioso drama judicial con un reparto inolvidable encabezado por Henry FondaHay películas que permanecen en la memoria de los espectadores durante varias generaciones. Uno de estos casos es el de '12 hombres sin piedad', un prodigioso drama judicial que le sirvió a Sidney Lumet para debutar como director de cine.
Encuadrado dentro de la ' ... generación de la televisión' que incluye a aquellos directores de cine que debutaron a finales de los años 50 tras haberse fogueado durante algunos años como realizadores de televisión, Sidney Lumet (Filadelfia, 25 de junio de 1924 - Nueva York, 9 de abril de 2011) vivió el mundo del espectáculo desde que nació. Hijo de un actor polaco emigrado a Estados Unidos y de una bailarina, fue actor antes que director. Hizo su debut en el Yiddish Art Theater de Nueva York a los cuatro años y actuó en teatros judíos de Broadway durante la década de los años30 hasta que debutó en el cine como actor de la película 'One Third of a Nation' (1939).
En 1947 empieza a dirigir sus propias obras de teatro en el off-Broadway dirigiendo a actores como Yul Brynner, Eli Wallach y otros miembros del Actor's Studio. De allí pasó a la televisión debutando como realizador de la CBS a principio de los años 50. De aquellos trabajos destacan los 150 episodios de la serie 'Danger' (1950) y los 26 de 'You Are There' (1953). Sería Henry Fonda, entusiasmado con el proyecto de '12 hombres sin piedad', que él mismo iba a producir para la gran pantalla, quién le da su gran oportunidad a Lumet, ofreciéndole dirigir la película.
La obra '12 hombres sin piedad', original de Reginald Rose (otro hombre de televisión), nació como un dramático para la pequeña pantalla. Poco después el propio Rose la transformó en obra de teatro, siendo esta la única pieza teatral del autor. El drama representa un jurado obligado a considerar un juicio por homicidio. Al principio, tienen una decisión casi unánime de culpabilidad, con un único disidente de no culpable, que a lo largo de la obra siembra la semilla de la duda razonable. La historia comienza después de que los alegatos finales han sido presentados en el caso del homicidio. Al igual que en la mayoría de los casos penales de Estados Unidos, los doce hombres deben adoptar su decisión por unanimidad sobre un veredicto de 'culpable' o 'no culpable'.
La persona imputada es un joven acusado de asesinar a su propio padre. Al jurado se le indica además que un veredicto de culpabilidad conllevará necesariamente una sentencia de muerte. Los doce pasan a la sala del jurado, donde empiezan a familiarizarse con sus respectivas personalidades. A lo largo de sus deliberaciones, no se llaman por su propio nombre, sino por el número adjudicado. Varios de los miembros del jurado tienen diferentes razones para mantener prejuicios en contra del imputado: su raza, su origen, y la conflictiva relación entre un miembro del jurado y su propio hijo.
Sabido es que la gran fuerza de la obra reside en las interpretaciones de los actores, Lumet elige un reparto con los mejores con los que había trabajado en el teatro: Lee J. Cobb, Jack Warden, E.G. Marshall, Martin Balsam, Ed Begley, John Fiedler, Robert Webber, Jack Klugman, George Voskovec, Joseph Sweeney, Edward Binns, Billy Nelson, John Savoca, Rudy Bond, James Kelly y Henry Fonda, que es también el productor de la cinta, que interpreta al jurado que siembra la duda razonable en sus colegas, no por creer en la inocencia del acusado, sino por tener dudas y considerar justo que se debata sobre la cuestión, debido a que la vida del acusado, que si es condenado será ejecutado, está en sus manos.
Cada uno de los 12 miembros del jurado posee una personalidad diferente, que ve va poniendo de manifiesto a lo largo del filme. Los ensayos de la película fueron durante dos agotadoras semanas. Sin descanso alguno, tuvo lugar el rodaje, que duró tan solo 21 días y contó con un presupuesto de sólo 350.000 dólares, con un mismo escenario para toda la película (una pequeña habitación en la que debate el jurado), en tiempo real, a excepción de las secuencias del comienzo y final de la película.
De acuerdo con el director de fotografía Boris Kaufman, Lumet coloca al principio la cámara por encima de los ojos, con un gran angular para dar sensación de profundidad. Conforme avanzaba el filme, las lentes se fueron cambiando con la idea de hacer parecer la sala más pequeña y la cámara además la coloca a la altura de los ojos. Al final, casi todos los planos están tomados desde un ángulo bajo y son mucho más cerrados, dando así la impresión de que los personajes se agigantan mientras la sala se reduce, creando una sensación de claustrofobia.
Henry Fonda odiaba ver las películas en las que él aparecía. «Sidney, ¿qué voy a hacer?», le confesó a Lumet un día, según se relata en la biografía Fonda: 'Mi vida': «No puedo soportar verme a mí mismo en la pantalla. Jamás me veo en las proyecciones de las escenas que acabo de rodar, y a veces espero dos años hasta ver una película acabada» aseguraba el actor, Lumet completó la anécdota que el día de la protección para el equipo, «Henry se armó de valor, entró en la sala de proyección y se sentó detrás de mí. Miró la pantalla un momento y después puso su mano alrededor de mi cuello, apretando tan fuerte que pensé que mis ojos se iban a salir de las órbitas. Se inclinó hacia adelante y me dijo: 'Sidney, es magnífico'. Después salió corriendo y no volvió nunca jamás a ninguna proyección».
La película se estrena el 10 de abril de 1957 tras haberse presentado en el Festival de Berlín de 1957, donde obtiene el Oso de Oro a la mejor película. Además al año siguiente logró tres nominaciones a los Oscar, mejor película, director, guión adaptado. En España se estrenó el 3 de febrero de 1958 y dio origen a una inolvidable adaptación televisiva a cargo de Gustavo Pérez Puig en 1973 para un 'Estudio 1'.
Tras una trayectoria plagada de éxitos ('Panorama desde el puente', 'Larga jornada hacia la noche', 'Llamada para el muerto', «Serpico', 'Asesinato en el Oriente Express', 'Tarde de perros'…), Lumet volvería al drama judicial en 1982 con 'Veredicto final', donde un abogado que cuenta su vida por fracasos, gana un pleito muy complicado.
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