El debut de Robert Bresson, el asceta del cine francés
Ópera prima ·
'Los ángeles del pecado' cuenta la historia de Anne-Marie, una acaudalada joven heredera, que cree que ha encontrado su verdadera vocación al ingresar como novicia en un convento de monjas dominicas, que se dedica a la rehabilitación de mujeres delincuentes
Sin Robert Bresson el cine francés no será el que es. El cineasta debutó como director con 'Los ángeles del pecado', una película rodada en plena ocupación en la que ya hacía gala de un estilo asceta y conciso que sería su seña de identidad.
Bresson (Puy de Dôme, Francia, 25 de septiembre de 1907 – París, 18 de diciembre de 1999) estudió filosofía y letras, y apasionado por el cine, con 27 años dirige un mediometraje -hoy perdido-, 'Les affaires publiques'. Poco después se convierte en ayudante de dirección de René Clair, aprendiendo así el oficio.
Al iniciarse la II Guerra Mundial es movilizado y pronto es hecho prisionero por los alemanes, pasando año y medio en un campo de concentración. Una experiencia dramática que para Bresson va a tener una trascendencia psicológica e incluso cinematográfica, ya que allí conoce a un fraile dominico, P. Bruckberger quien le ofrece la idea argumental del que sería su primer filme, 'Los ángeles del pecado'. Una vez en libertad decide debutar como director con esa película. Para la escritura del guion entra en contacto con el escritor Jean Giradoux, que se encarga de los diálogos. El propio Giradoux y el padre Bruckberger le ayudan a levantar la producción, junto Dominique Douin.
El guion cuenta la historia de Anne-Marie, una acaudalada joven heredera, que cree que ha encontrado su verdadera vocación al ingresar como novicia en un convento de monjas dominicas, que se dedica a la rehabilitación de mujeres delincuentes. La muchacha siente una extraña fascinación por Thérèse, acusada injustamente de un crimen, e intenta convencerla para que tome los hábitos y se arrepienta de sus pecados. Thérèse insiste en su inocencia, pero, cuando es puesta en libertad, asesina a balazos al autor del crimen por el que la encarcelaron y se refugia en el convento. Allí, no revela a nadie su secreto, mientras la investigación de la policía sigue su implacable curso.
La película la protagonizan Renée Faure, Jany Holt, Sylvie, Marie-Hélène Dasté y Yolande Laffon y se rueda en París, prácticamente toda en decorados, donde se estrena el 23 de junio de 1943 (En españa, como casi todo su cine, llegaría a través de la Seminci de Valladolid). La película ya apunta una característica habitual del director, que desarrollaría con posterioridad en títulos como 'Las damas del Bosque de Bolonia', 'Diario de un cura rural', 'un condenado a muerte se ha escapado' o 'El proceso de Juana de Arco': Deshacerse de todo lo superfluo, que nada aporta al desarrollo narrativo, para centrarse en lo esencial, aquí en el significado del confinamiento y la libertad. Cómo el hecho de encontrarse encerrado en un espacio físico y despojarse de casi cualquier bien material es una condición necesaria para la liberación espiritual de sus personajes. Siempre mostrando el reverso a lo espectacular, lo contrario a la exageración, llevando a la práctica por primera vez, un famoso axioma suyo: «El cine es movimiento interior».
Su siguiente película 'Las damas del Bosque de Bolonia» aún se rueda durante la ocupación, pero se estrena tras la liberación. La crítica se vuelca con él: Años después, François Truffaut diría: «Robert Bresson trabaja en una dirección radicalmente opuesta a la que siguen sus colegas. Para Bresson, como para Renoir, Rosselini, Hitchcock y Orson Welles, el cine es un espectáculo, cierto, pero desearía que, en ese espectáculo específico, sus leyes se inventen y no se roben de géneros ya existentes.
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