Crítica de 'Madame web': sororidad arácnida

Cuatro guionistas firman una historia de origen francamente mejorable, dirigida por S. J. Clarkson, veterana realizadora especializada en series, con todo lo bueno y malo que supone lucir este dato en el currículum. Figura en los créditos de 'Succession', pero también en 'The Defenders'. En 'Dexter', 'Héroes' y 'Jessica Jones'. A esta última serie se parece, atendiendo superficialmente al tono, esta traslación a imagen real de las viñetas de una superheroína, creada por Denny O'Neil y John Romita Jr. en 1980, que no goza de la popularidad de otros personajes nacidos a la sombra del popular Spider-Man. Dakota Jonhson interpreta a esta paladina de la justicia con poderes psíquicos que se junta con tres adolescentes perdidas que, en un futuro, también se emplearán a fondo en el arte de patear el trasero de los criminales bajo un antifaz. Las cuatro chicas buscan, en realidad, una familia que las cobije. La sororidad, faltaría más, hace acto de presencia, y lo hace bien, sin estridencias, abogando por la colectividad frente a la adversidad. La unión hace la fuerza.

'Madame Web' apenas cuenta con escenas de acción. Las que hay, no destacan ni lo pretenden. La película se asemeja, en sus hechuras, a un capítulo piloto de una serie, con abundantes primeros planos y un montaje revisable. No hay piruetas narrativas. Es más, la explicación de la aceptación de los poderes de la protagonista es confusa hasta el tramo final y tira estéticamente de algunos tics propios de un videoclip de los años 90. Hay que tomarse estas licencias como un divertido desliz que apela a la nostalgia televisiva. No deja de ser una película extraña en el marco del reciente cine de superhéroes. Se comporta como la apertura de un producto tipo 'Agentes de S.H.I.E.L.D'. Abraza la serie B, probablemente de manera inconsciente, con un villano que se antoja el bufón del Hombre Araña, a medio camino entre Venom y el archiconocido trepamuros, al que interpreta con poca inspiración Tahar Rahim ('Un profeta'). Hay detalles sin sentido, que se han colado por la puerta grande, empezando por un taxi robado que emplea para desplazarse la protagonista. Al vehículo le arrancan la matricula pero mantiene su numeración en el cartel sobre el techo. Además, viaja a la Amazonia como si fuese en metro, a la vuelta de la esquina. A veces la cámara da vueltas sin necesidad, creyéndose moderna, muy «de cómic» -una etiqueta terrible en pleno siglo XXI-, y hay flashes, ¿hipnóticos?, que pueden recordar al manejo de las primeras mesa de mezclas domésticas antes de la aparición del ordenador y el Movie Maker.

Con todo, el filme es entretenido, infantil a ratos, con un casting que merecía un libreto más trabajado. Dakota aporta carisma al papel principal, con sus poderes mentales, más vale maña que fuerza, bajando notablemente la edad de la heroína de papel original. Sydney Sweeney ('Euphoria'), Celeste O´Connor ('Entre dos mundos') e Isabela Merced ('Dora y la ciudad perdida') siembran el germen de futuras Spider-Woman con una química evidente. Comparar 'Madame Web' con 'The Marvels', por contar ambas propuestas con un grupo de mujeres jóvenes como protagonistas, carece de sentido, especialmente atendiendo a sus respectivos presupuestos. Curioso que se haya estrenado un título de estas índole por San Valentín. Ha funcionado en la taquilla, pero no se puede catalogar como un plan para parejas, pudiendo quedarse en casa viendo Netflix después de cenar en el Tagliatella.