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Pilar Palomero (Zaragoza, 1980) fue desde los 4 a los 14 años a un colegio de monjas. Y recuerda el gigantesco cartel que pusieron enfrente a comienzos de los 90 con el 'póntelo, pónselo'. Su alabada ópera prima 'Las niñas', presentada en la Berlinale ... y a competición en Málaga, no es autobiográfica, pero se nutre de los recuerdos en aquel centro del que la directora se niega a decir el nombre: «Como decimos en Aragón, me encorren».
Ojo. 'Las niñas', en cines el 4 de septiembre, no es un drama de denuncia contra la educación religiosa, sino la constatación que la realizadora ha experimentado con los años del contraste que existía entre la educación que recibía y aquella España próspera y fallera de la Expo del 92. Faldas plisadas, misa los miércoles y padrenuestros, mientras el país se entregaba al despendole. Las calles de Zaragoza bullían de tribus urbanas y los Héroes del Silencio sonaban a todas horas. Es el contexto en el que Celia (Andrea Fandos), una niña de once años hija de una madre viuda (Natalia de Molina), se asoma a la adolescencia.
«Descubrí un cuaderno mío de Religión con la redacción que aparece en la película», cuenta la directora. «Me impactó que en 1992 nos dijeran esas cosas, creía que ya estaban superadas. Empecé a escarbar y a ver las contradicciones de la época. Madonna con crucifijos ardiendo, las Mama Chicho, Jesús Gil en el jacuzzi...». Pilar Palomero no arrastra ningún trauma por la educación recibida. Habló con familiares y amigas y constató que la esquizofrenia era compartida. «Tenemos normalizado que en aquellos años nos tocaran el culo por la calle, no lo veíamos como un acoso. Tampoco sabíamos qué era el 'bullying'».
Las aulas en las que se han formado muchas mujeres del presente eran cápsulas que no podían contener lo que ocurría fuera. «Aquello era imposible de contener». Que las monjas dieran clases de sexualidad puede hoy mover a la hilaridad, aunque la directora desconoce si sigue ocurriendo. «Lo bonito de la película sería que el público pensara qué permanece igual y qué ha cambiado. Supongo que dependerá de cada persona».
'Las niñas' rebosa frescura y autenticidad en las escenas en las aulas y en las complicidades entre las pequeñas protagonistas, muchas de ellas sin experiencia como actriz. No suceden grandes dramas en el filme, no hay abusos ni se incurre en el tremendismo. «Para mí no hay nadie malo en la película», apunta Palomero, que en 2006 se graduó como directora de fotografía en la Escuela de Cine de la comunidad de Madrid. «No está hecha contra nadie. En mi colegio las monjas podían ser muy duras, pero nunca nos pegaron. Unos me han dicho que soy muy benevolente con ellas y otros, muy crítica».
Como tantos padres de generaciones anteriores, la madre de la pequeña protagonista quiere que su hija vaya a la universidad que ella no conoció. 'Las niñas' retrata a mujeres que hoy tienen cuarenta y tantos y que pudieron elegir su formación y destino profesional. Les animaban, al mismo tiempo, a ser madres abnegadas, a sexualizarse y a ser independientes. «Mi madre es licenciada en Físicas, y de jovencita sus amigas le decían que la mejor carrera es un buen matrimonio. Lo más importante para nuestros padres era darnos una buena formación».
La música en 'Las niñas' suena a través de un radiocasete y conforma la memoria sentimental de su directora: se escucha a Niños del Brasil, Héroes del Silencio, el 'exta sí, exta no...'. «La música era entonces un vehículo para conectar con alguien: te grababan cintas. Recuerdo a las niñas de uniforme charlando con punkis y heavies». Ciencia ficción para las actrices, sorprendidas cuando se les hablaba del sida. «Hoy todo ha cambiado con internet y las redes sociales. Con Google ya no hay leyendas urbanas, pero a cambio tenemos el ciberacoso.Hay muchos padres alarmados ante el mal uso de internet, yo no tengo hijos y no estoy en ese brete».
Pilar Palomero aspira a la Biznaga de Oro en un festival que ha inaugurado Icíar Bollaín y donde la presencia de directoras destaca en todas las secciones. Se siente feliz por la eclosión de realizadoras en el cine español. «Es un momento muy emocionante», se congratula. «Ya era hora. Cuando me gradué en dirección de fotografía en la ECAM la mayoría éramos chicas, pero cuando empecé en el mundo laboral no veía mujeres en los sets. Yo estaba de técnico, de video assist... La tendencia ha cambiado por completo. Para hacer 'Las niñas' he contado con el apoyo de Celia Rico, Belén Funes, Carla Simón... Yo fui script en la peli de Celia... Se ha creado una sinergia y un compañerismo muy bonito. Hay un buen número de directoras y están haciendo cosas que me interesan muchísimo».
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