Secciones
Servicios
Destacamos
Es prácticamente imposible pasar por taquilla y degustar un estreno sin saber absolutamente nada del mismo. En tiempos de sobreinformación, los propios tráilers de las películas destripan su argumento y las redes sociales están plagadas de imágenes de avance, rumores y datos que pueden afectar ... a las expectativas del público. Acudir a la sala en la piel de un espectador virgen que busca sorprenderse es una entelequia, salvo en el marco de un festival de cine inédito. Los certámenes son el único espacio donde puede llamar nuestra atención una propuesta de la que no tenemos apenas conocimiento. 'Club Zero' se presentó en Cannes, en la Sección Oficial, y en festivales especializados como Sitges, donde se llevó un premio su excelente banda sonora, a cargo de Markus Binder. Su punto de partida es arriesgado. Un maestra de una academia de élite dedica sus energías a impartir nociones sobre nutrición a sus estudiantes. La relación entre la profesora y un grupo de alumnos se va estrechando con inesperadas consecuencias. Las estrambóticas recomendaciones alimenticias de la tutora se tornan irracionales y surgen problemas serios, entre ellos signos de anorexia, un tema espinoso de actualidad.
Horror sin sustos, sin perversidad. Terror silente, disfrazado de cine indie. Sin la necesidad de acudir a la oscuridad para inquietar. Así era 'Little Joe', la anterior apuesta de la cineasta austriaca Jessica Hausner. Firmaba entonces una grata versión no confesa de 'La invasión de los ladrones de cuerpos', una historia pequeña de ciencia-ficción, donde reflexionaba sobre nuestra deshumanización con una estética mimada. Con 'Club Zero' opta por ahondar en esta idea, con un nivel de producción más sofisticado y Mia Wasikowska como protagonista. La actriz de 'Stoker', a reivindicar, o 'Alicia en el País de las Maravillas', de Tim Burton, elabora un rol áspero, perverso y poco sutil en un relato que comienza señalando claramente, con una imagen igualmente cuidada -dominada por un fuerte cromatismo-, los problemas de la espiritualidad mal entendida, el auge del concepto de «mindfulness», con sus aristas, y las dietas milagro. La obsesión por el cuidado de nuestro cuerpo en la sociedad del siglo XXI puede derivar en trastornos alimentarios, como los que sufren los perdidos alumnos que obedecen a su gran gurú en la escuela. Actúan como ciegos feligreses, adictos a una nueva religión, aceptando sin rechistar -salvo alguna mente díscola- los preceptos de la maestra. El culto a una manera de entender la vida, a una persona que pregona cómo deberíamos existir, puede derivar en una pesadilla.
'Club Zero' despierta filias y fobias, y no es para menos. Decide transitar por un tema peliagudo empleando un tono cinematográfico con el cual no siempre atina. Bascula entre la sátira incisiva y el drama efectista, casi pueril. La lectura del ayuno total que la aviesa profesora exige a sus estudiantes esquiva los tics paródicos y, dada la seriedad de su puesta en escena, puede entenderse al revés de lo que supuestamente pretende trasmitir la máxima responsable de un filme cuyo mensaje escrito en negrita puede llegar a irritar. No deja de ser interesante el retrato del mundo estudiantil que ejerce y el reflejo del temible control que puede suponer caer en los brazos de una secta, con la consiguiente pérdida de libertad, pero no termina de explorar a conciencia nuestras problemáticas con la comida, una relación complicada de la que toca hablar con mayor propiedad. El fanatismo lleva al ser humano al paroxismo, pero, en esta ocasión, la transformación de esta sensación en una metafóra sobre la sociedad del bienestar queda desdibujada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.