Todas las caras de Cate Blanchett

La primera nominación a los Oscar de esta actriz llegó con su interpretación de Isabel I, sobre todo por el periplo que recorría junto al personaje, de su cara más amable siendo joven a otra más rígida a medida que cumplía años. Hasta entonces había trabajado en el teatro y participado en series y películas menores. Tras esta película Hollywood no se olvidó ya de la cara de Blanchett.

Peter Jackson le vio cara de elfa y le propuso que participase en la adaptación que hizo para la pantalla grande de la obra de Tolkien. Y Blanchett aceptó y se convirtió en uno de los personajes imprescindibles de la célebre triología. Su interpretación de Galadriel fue aprobada -y no siempre es fácil- por los fans de 'El señor de los anillos'. En los tres filmes que se dedicó a 'El hobbit' repitió papel.

Scorsese la reclutó para 'El aviador' -la película biográfica sobre el empresario estadounidense Howard Hughes que amasó una fortuna en Hollywood- con el fin de que interpretase a Katherine Hepburn. Otro reto que superó con nota Blanchett y la Academia le premió con su primer Oscar, como actriz de reparto.

El más difícil todavía: Blanchett dando vida a Bob Dylan. La película plantea diferentes etapas de la vida del cantautor. Todd Haynes decidió que para cada una de ellas utilizaría un intérprete diferente: Christian Bale, Richard Gere, Marcus Carl Franklin, Heath Ledger, Ben Whisaw y la propia actriz, que hizo un increíble trabajo gestual y de voz para meterse en la piel de un hombre.

Blanchett sigue jugando y acepta formar parte del universo de Indiana Jones, en la secuela de 2008 en la que el arqueólogo intentaba localizar la mítica Calavera de Cristal de Akator. La actriz se puso en la piel de la villana, lo que se convirtió en lo mejor de una película irregular. Era una agente soviética empeñada en encontrar la calavera de cristal.

El segundo Oscar, esta vez como actriz principal, le llegó a Blanchett de la mano de Woody Allen con el papel de una neurótica mujer que debe asumir un cambio de vida al quedarse sin recursos económicos tras el suicidio de su marido. Esta situación le obliga a replantearse su vida. Un Woody Allen en forma con una Cate Blanchett excelente.

Regreso a las órdenes de Todd Haynes con una película icónica, basada en la novela de Patricia Highsmith, sobre una mujer atrapada en un matrimonio sin amor por culpa de una sociedad opresora. El filme sirve para retratar una época en la que la mujer tenía pocas opciones de ser quienes querían ser. Asombrosos juegos de mirada que Cate controla con precisión y maestría.

Dispuesta a rizar el rizo y a ganar el premio de la versatilidad Blanchett encarnó en esta película a 13 personajes distintos para exponer, en forma de monólogo, los manifiestos más revolucionarios de la historia del arte del siglo XX. Así la actriz se transforma en una científica, en una coreógrafa o en un vagabundo en esta rareza dirigida por Julian Rosefeldt.

No representaba a ningún personaje real pero recordaba a unos cuantos de los que pueblan la televisión. Blanchett, en 'No mires arriba' estaba al frente del programa de televisión al que acudían el doctor y la astrónoma para contar la amenaza que acechaba la Tierra. Por supuesto el tono frívolo del magacín impide que se tome en serio nada de lo que los expertos explican.

Es posible que Blanchett regrese al escenario de los Oscar a recoger su tercera estatuilla si se cumplen las quinielas. Su bárbara interpretación de una directora de orquesta que no tiene problemas en excederse en su trabajo hace que parta como favorita. Desde la conferencia del inicio, en la que se presenta el personaje, logra atrapar a un espectador que no espera el comportamiento de la protagonista.