'Cabiria', la primera gran superproducción europea
Lecciones de cine ·
Después de filmar 'La caída de Troya', el director Giovanni Pastrone decide hacer la película más colosal que nunca se hubiese filmado, con una duración de más de dos horas, algo inaudito en la época
En la primera década del siglo XX, a los 14 años de la invención del cine, éste abandonaba ya las barracas de feria y comenzaba a ocupar teatros mientras se construían grandes coliseos. Y a la vez que América rodaba su monumental 'El nacimiento de una nación', Italia, que se había puesto a la cabeza de las grandes películas históricas, rodaba la impresionante 'Cabiria', la primera gran superproducción europea.
En aquellos primeros años del siglo XX se habían rodado en Italia películas tan ambiciosas como 'L'inferno' (1909), 'La caída de Troya' (1910), y sobre todo una primera adaptación de 'Quo Vadis?' (1912), de Guazzoni, auténtico precedente de 'Cabiria'.
Después de filmar 'La caída de Troya', el director Giovanni Pastrone decide hacer la película más colosal que nunca se hubiese filmado, con una duración de más de dos horas, algo inaudito en la época. Decide proseguir el camino de las grandes epopeyas históricas y firma un guion ambientado en las guerras púnicas, inspirado muy libremente en la novela de Gustave Flaubert 'Salambó'. Busca a un prestigioso intelectual de la época, Gabriel D'Annunzio, para que retocase y firmase el guion como si fuese propio, por motivos comerciales. Realmente D'Annunzio apenas hizo más que unos intertítulos muy literarios. Hasta entonces el escritor nunca se había interesado por el cine, y por aquel trabajo recibió la enorme suma para la época, de 50.000 liras. Tampoco Pastrone decide firmar como director, utilizando el pseudónimo de Piero Fosco.
La trama ya invitaba a la espectacularidad. Dividida en cuatro partes, narra cómo, durante las Guerras Púnicas, la pequeña Cabiria y su nodriza son raptadas durante la confusión causada por la erupción del Etna. Cabiria es vendida en Cartago para ser sacrificada en el templo de Moloch. Fulvio Axilla, un espía romano, y su esclavo Maciste la rescatan y queda al cuidado de la reina Sophonisba, que la tiene como esclava. Diez años después, después de la guerra y la caída de Cartago, Cabiria vuelve con Fulvio.
La película está repleta de escenas espectaculares nunca vistas hasta entonces en la pantalla: además de los impresionantes movimientos de masas, están la de la erupción del Etna, el cerco de Siracusa con las naves romanas ardiendo, el cruce de los Alpes nevados por el ejército de Aníbal y sus elefantes, y los sacrificios humanos ante una enorme estatua de bronce, en cuya boca, de la que salen llamas, son arrojados los niños sacrificados.
Los decorados se construyen en Milán, filmándose también en Túnez, Sicilia y los Alpes. Además se contó con unos ingeniosos y espectaculares efectos especiales a cargo del español Segundo de Chomón, auténtico genio de la magia y los trucajes cinematográficos que también participó como operador de cámara. Suyos son los travellings con carros y grúas. En aquellos años ya se utilizaba un pianista o un cuarteto instrumental para acompañar a las películas mudas, pero Pastrone decide que sea interpretada por una orquesta de 80 profesores y un coro de 70 voces. Ildebrando Pizzetti compone la partitura sincronizada con la imagen. Su 'Sinfonía del fuego', de la escena de los sacrificios infantiles, permanece como una de las partituras más destacadas de las historia del cine. La película dura 148 minutos, algo insólito entonces, y la protagonizan los más destacados actores italianos de la época, como Lidia Quaranta, Umberto Mozzato o Bartolomeo Pagano.
La premiere del filme tiene lugar en Turín el 18 de abril de 1914. Es un éxito inenarrable e inmediatamente se estrena en todo el mundo. En Estados Unidos lo hace el 1 de junio de aquel año, y Griffith la estudia detenidamente cuando decide rodar 'Intolerancia' para la parte de 'La caída de Babilonia». A España llega casi inmediatamente, en noviembre de 1914, hace ahora 94 años.
Desgraciadamente, la Primera Guerra Mundial paraliza la producción cinematográfica en Europa, e Italia se deja arrebatar el péplum o cine de romanos por Hollywood. Pasarían muchas décadas hasta que Hollywood decidiese rodar sus péplums en localizaciones italianas (y en menor parte españolas).
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