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'Las brujas (de Roald Dahl)': Hathaway borda su rol de gran bruja

La actriz es la reina absoluta de la función, cuya fuerza dramática devora la película

Jueves, 29 de octubre 2020

El escritor británico Roald Dahl firma algunos de los cuentos infantiles, también para adultos, más populares de la historia de la literatura. Son muchas las versiones cinematográficas de la inefable bibliografía de un autor personal, aficionado a las historias con tintes fantásticos. «El que no cree en la magia nunca la encontrará», solía defender. También se prodigó como guionista de cine y televisión, con su peculiar sentido del humor, a veces negro, muy negro, una de las bazas fundamentales de este prolífico cuentacuentos que participó en los guiones de títulos como 'Sólo se vive dos veces' (1967), protagonizado por James Bond; la mítica 'Chitty Chitty Ban Bang' (1968), la del coche volador; o la setentera e inhóspita 'El enterrador nocturno' (1971). Entre los relatos firmados por Dahl que han dado pie a adaptaciones audiovisuales, el más popular es, sin lugar a dudas, 'Charlie y la fábrica de chocolate', seguido de cerca por 'Matilda'. En 1990 Nicolas Roeg, responsable de la fascinante 'Amenaza en la sombra', dirigió 'La maldición de las brujas', con Angelica Huston liderando el reparto y los efectos del maestro Jim Henson, razón más que suficiente para ser degustada. Basada en el libro 'Las brujas', sitúa a un chico y su abuela en el meollo de una convención de brujas durante su estancia en un hotel, un festín fantástico de sensaciones. Algunos espectadores recordarán un título que sembró más de una pesadilla en algunas infancias, y alguna carcajada, al acercarse a la nueva versión del relato que asalta nuestra dolida cartelera este fin de semana bajo la dirección de un perezoso Robert Zemeckis. El oscarizado director de 'Forrest Gump' ha confiado demasiado en el resultado de los efectos visuales por infografía en un filme que cuenta con algunas soluciones imaginativas de puesta en escena pero se pierde en su desarrollo narrativo.

'Las brujas (de Roald Dahl)' comienza con buen pie, con la presencia de Octavia Spencer, siempre entrañable. La actriz de 'Criadas y señoras' interpreta a una pizpireta abuela que asume el cometido de cuidar a su nieto, huérfano tras un fatal accidente de coche. Se mueve con carisma por el encuadre, hasta que a mitad de metraje el peso de la acción recae en Anne Hathaway, reina absoluta de la función, cuya fuerza dramática devora la película. La conocida actriz, oscarizada por su trabajo en 'Los miserables', se luce en la gran pantalla en una secuencia central donde se explaya con un formidable histrionismo al servicio del CGI. Da muestras de haberla gozado en el set de rodaje dando vida a la bruja líder del aquelarre, convenientemente maquillada para la ocasión. El principal problema del filme se siente una vez somos testigos del despliegue de gestos pérfidos de la malvada hechicera, una arpía de boca exagerada y dientes afilados que oculta su verdadero aspecto a los ojos de los seres humanos. Tras ganarse los galones de villana excepcional en una reunión con sus compañeras de ritual, con un acento trabajado que merece la pena ser escuchado en la versión original, cede el paso a un enredo que remite a 'Ratatouille' y 'Stuart Little', rebajándose considerablemente la intensidad del relato, co-protagonizado por Stanley Tucci ('The Lovely Bones'), Kristin Chenoweth ('Glee'), Jahzir Kadeem Bruno ('Atlanta') y Codie-Lei Eastick ('Holmes & Watson').

Zemeckis, co-autor del guión junto a Guillermo del Toro, no se ha estrujado las meninges demasiado a la hora de cumplir tras la cámara con esta nueva adaptación visual de la popular novela de Dahl. Desde que arrasó en el ámbito del cine de entretenimiento en la década de los 80, con la saga 'Regreso al futuro' a la cabeza, 'Tras el corazón verde' y locuras como '¿Quién engañó a Roger Rabbit?', no parece esforzarse por igual a la hora de aportar personalidad a sus películas, con algunos destellos puntuales. Unas gotas de 'La muerte os sienta tan bien' hubieran servido de buen condimento a un espectáculo irregular que contentará más a la audiencia menuda, en contra de la filosofía de la obra de partida. La apuesta se desinfla estrepitosamente en su ecuador, pierde mucha energía, quizás porque el inspirado rol de Hathaway deja el listón demasiado alto en sus primeras intervenciones. 'Las brujas' está demasiado cerca de 'Polar Express'.

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