'Baby', el cuento gótico y barroco de Juanma Bajo Ulloa

El cineasta vitoriano, que abandona sus comedias más gamberras para volver al universo de sus inicios con 'Alas de mariposa' y 'La madre muerta' ha apostado por la belleza formal y la negrura de la trama. El peso narrativo está aquí en la mirada de los personajes, en el sonido, en la puesta en escena. Como en otras ocasiones, la elaboración del guion fue un proceso largo y complejo: «El guion siempre es diferente a lo que finalmente se rueda. Era un guion vivo que me iba pidiendo cosas. Me fui a la esencia y eso provocó que desaparecieran personajes y entornos. También textos, porque al principio si había algo de diálogos». Según Bajo Ulloa, en el montaje desaparecieron más cosas. Confiamos en la esencia, en elementos puramente cinematográficos, la luz, los decorados, la música, el sonido, el vestuario, las actrices… y la inteligencia del espectador». El cineasta había dicho en una ocasión que «mi película ideal es sin diálogos», y aunque había olvidado aquellas palabras, en el filme lo ha logrado. «Algunos estamos hartos de palabras», asegura. Gran parte de la belleza formal del filme se debe a los trabajos del director de fotografía José María Civit ('El Rey de La Habana') y a la música compuesta por Koldo Uriarte y Bingen Mendizábal ('El juego del ahorcado')

Sobre su retorno al estilo de sus inicios, Bajo Ulloa explica: «No es que haya vuelto a mis inicios porque nunca me he ido. Es un problema de libertad creativa. Lo que sucede es que las películas más personales, más viscerales, son muy complicadas de hacer. 'Baby' ha estado a punto de no poderse hacer. Al final ha salido gracias a que entró TVE. En 'La madre muerta' ya estaba este ambiente». Ahora ha utilizado una enorme casa en medio de un bosque casi como un personaje: «Se trataba que la casa estuviese fagocitada por la naturaleza, que se la come. La película tiene una mirada a la belleza. El arte debe surgir de la visceralidad, desde la emoción, porque las cosas no son feas porque estén degradadas, las cosas son bellas. La naturaleza, incluso en la degradación y la muerte, es bella. 'Baby' es pura visceralidad. De hecho, hay imágenes en la película que son subconscientes y que no tengo ni idea de por qué están ahí; simplemente han surgido. Improviso mucho en el rodaje y también en el montaje. Un día vi un perro por la calle e intuí que le vendría bien a la historia. Hubo que buscar a su dueño para que puede salir. En el montaje igual: visceralidad e intuición. Si intuyo algo cambio el montaje o suprimo alguna escena».

Natalia Tena, con un personaje completamente diferente a los que ha hecho hasta ahora, ha reconocido que se dejó guiar: «Me puse por completo en las manos de Juanma». Lo mismo con la joven Mafalda Carbonell, hija del actor y músico Pablo Carbonell: «Me lo he pasado muy bien. Me decía haz esto o lo otro, y lo hacía, lo mismo si tenía que estar alegre o triste», ha dicho.