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Andrea Jaurrieta (Pamplona, 1986) sonríe ante ese tópico que asegura que en el cine español siempre cuesta más hacer la segunda película que la primera. «Si a mí me cuesta más, me pongo a vender fruta», asegura la autora de 'Ana de día' (2018), una ... ópera prima que tardó ocho años en sacar adelante. Once premios en una treintena de festivales internacionales y la nominación al Goya a mejor dirección novel avalan aquella original intriga sobre la identidad, protagonizada por una joven (Ingrid García-Jonsson) que un buen día descubre que una doble la suplanta. Cuatro años después, Jaurrieta ya tiene a punto su segundo largometraje, que rodará a finales de año en la comarca vizcaína de Urdaibai. Patricia López Arnáiz y el chileno Alfredo Castro protagonizarán 'Nina', una historia de venganza y reencuentro con las raíces que su autora concibe como un western contemporáneo, solo que cambiando Monument Valley por la bruma del Cantábrico.
Una mujer de unos cuarenta y tantos años regresa al pueblo costero del que huyó hace más de treinta enferma y arrastrando el fracaso de intentar ser actriz. Viene a vengarse del hombre que abusó de ella siendo apenas una adolescente y al que el pueblo ahora homenajea. Patricia López Arnáiz, ganadora del Goya por 'Ane' y actualmente con 'La cima' en la cartelera, encarna a esta heroína solitaria que, según la directora, vuelve para morir matando porque no tiene nada que perder. «Es un personaje del que no sabes muy bien su pasado, como Joan Crawford en 'Johnny Guitar' o John Wayne en 'Centauros del desierto'», define Jaurrieta. «Patricia tiene una fragilidad física que me gusta mucho, fuerza en la mirada y elegancia en sus movimientos. Hemos trabajado el texto y entiende muy bien el personaje y el mundo de donde viene; ella es de Vitoria y yo de Navarra, procedemos de un contexto similar».
Por su parte, Alfredo Castro acostumbra a bordar personajes torturados, como los que ha encarnado para Pablo Larraín en 'Tony Manero', 'No', 'El club', 'Neruda'… «Le admiro muchísimo, aluciné cuando hablamos por zoom después de que se leyera una versión tres del guion», recuerda la directora. «Ha tratado de entender al antagonista y no hacer solo un villano estereotipado». 'Nina' se inspira en la obra teatral homónima de José Ramón Fernández, Premio Nacional de Literatura Dramática en 2011, que en España estrenó Laia Marull y que a su vez es una revisión libre de 'La gaviota' de Antón Chéjov. Andrea Jaurrieta la conoció gracias a un profesor, al que le hizo gracia que tanto en la obra como en un corto de la directora navarra sonara Chet Baker. «La leí en uno de esos trenes nocturnos de Madrid a Barcelona que ya no existen. Y se me quedó ahí. Siempre pensé que en esa historia había un western, la atmósfera la relaciono con la opresión de pueblo, que es de donde yo vengo. No habla tanto del abuso como del consentimiento, esa fina línea… Es importante y urgente hablar de ello, todos tenemos gente cercana a la que le ha sucedido algo así, el límite no es solo la violación».
Hija de profesores y nieta de agricultores «con cero vinculación con el cine», Andrea Jaurrieta también huyó en cuanto pudo de Zizur Mayor para hacer realidad su sueño de convertirse en directora de cine. Se licenció en Comunicación Audiovisual en la Complutense, estudió Arte Dramático en el Laboratorio de William Layton e hizo un máster en la ESCAC. Rodó siete cortos y fue meritoria de dirección de Pedro Almodóvar en 'Julieta' antes de debutar con 'Ana de día'. «Esa película simboliza la huida de mi pueblo a la capital, cuando eres la disidente que cuentas los días para pirarte», reconoce. «Pero van pasando los años y empiezas a entender tu identidad. Eres como eres por haber crecido en un pueblo, no puedes renegar de ello. 'Nina' es ese regreso para reconciliarme con mis orígenes».
La costa de Bermeo, Mundaka y Elantxobe encaja a la perfección con el imaginario que la directora tiene en la cabeza. En este western moderno habrá mar en vez de desierto, un casino de pescadores a la manera de 'saloon' y procesiones hasta un faro en lugar de ataques de los indios. Irusoin, la productora de 'Loreak', 'Handia' y 'La trinchera infinita', se ha unido a Bteam ('Las niñas'), Icónica ('El autor') y Lasai, la propia productora de Jaurrieta, en un proyecto seleccionado por la primera convocatoria de Residencias de la Academia de Cine, que cuenta con financiación del ICAA (Ministerio de Cultura), la Comunidad de Madrid y el Gobierno de Navarra. «Hacer cine de autor con un poco de ambición es muy complicado de financiar», reconoce la directora, que saltará del presente al pasado sin utilizar los manidos flashbacks, haciendo a veces convivir tiempos distintos en la misma escena. «A mí me pasa cuando vuelvo al pueblo: son las mismas tradiciones, las mismas fiestas». Mientras sigue dando clases de Historia del Cine -«lo que más me gusta del mundo»-, Andrea Jaurrieta hace balance de dos años viajando por el mundo con 'Ana de día': «Ver cómo se recibe tu película en otros países es algo que no esperaba. Eso me abrió la mente, perteneces a una industria internacional y eres un pececillo en un océano. Me emocionó bastante comprobar que las dudas sobre el viaje emocional de Ana eran las mismas en Macedonia que en Buenos Aires».
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