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Contaba Jean-Luc Godard que en el cine «había teatro (Griffith), poesía (Murnau), pintura (Rossellini), baile (Eisenstein), música (Renoir). De ahora en adelante hay cine y el cine es Nicholas Ray». Director fundamental del cine estadounidense de posguerra, que debutó con una obra maestra del ... cine negro como fue 'Los amantes de la noche', responsable de otras obras maestras como 'Johnny Guitar' o 'Rebelde sin causa', que vivió en Madrid varios años donde rodó dos superproducciones para Samuel Bronston (productor con el que acabó muy mal), 'La historia más grande jamás contada' y '55 días en Pekín', -donde una adolescente llamada Mari Trini que después sería una cantante famosa, se convirtió en su musa y la llevó a Londres y París-, y que durante su estancia madrileña abrió un local enfrente de las Torres Blancas de la Avenida de América llamado 'Nikka's', en realidad un apócrifo de 'Nick Ass' (afortunadamente los pacatos censores franquistas no sabían inglés y no pusieron objeción a aquel establecimiento) donde actuaron desde Dizzie Gillespie a Los Brincos. Este año se conmemoran los 70 años del estreno americano de 'Los amantes de la noche' y los 40 de la muerte de su director.
Nicholas Ray, cuyo nombre de nacimiento era Raymond Nicholas Kienzle (Galesville, Wisconsin, 7 de agosto de 1911 - Nueva York, 16 de junio de 1979) fue un niño dotado especialmente para las artes, que se interesaba de forma especial por el teatro y la música. A los 16 años consigue una bolsa de estudios para ingresar en la Universidad de Chicago como premio a una serie de emisiones radiofónicas escritas y dirigidas por él, pero se ve obligado a dejarla en 1932. Se traslada a Nueva York huyendo de un padre alcohólico y se cambia el nombre por el de Nicholas Ray. Regresará a Wisconsin tras recibir una invitación del arquitecto Frank Lloyd Wright, con el que había estudiado en Chicago. Por desgracia, este dúo no tendrá continuidad y Ray regresa de nuevo a Nueva York.
Con apenas 100 dólares en el bolsillo, Ray se une a un grupo de Teatro de Improvisación de Nueva York. Allí conocerá a Elia Kazan, creador del Actor's Studio, que era célebre por su manera poco corriente de empujar a los estudiantes hasta sus límites, y esa forma de enseñar es la que marcará a Ray el resto de su vida. Cuando Kazan dirige 'Lazos humanos', su primera película en Hollywood, contrata a Ray como ayudante.
John Houseman, director teatral junto a Kazan, con el que Ray también había trabajado como ayudante, le ofrece producirle su primera película como realizador. Ray elige llevar al cine 'Thieves like us', una novela de Edward Anderson, un drama negro, apasionado, romántico, desesperado que el propio Ray había adaptado. La película la protagonizan Cathy O'Donnell, Farley Granger, Howard Da Silva, Jay C. Flippen y Helen Craig. 'Los amantes de la noche' recrea la historia en la que se ven envueltos dos jóvenes en los años de la gran depresión.
Magníficamente interpretada por Farley Granger (solo había hecho dos películas previas como secundario, y tras verlo en 'Los amantes de la noche' le eligió como protagonista de 'La soga') y Cathy O'Donnell, que dan vida a una pareja que bien podrían ser la versión adolescente de Bonnie y Clyde. La película se rueda entre el 23 de junio y el 21 de agosto de 1947 en los estudios de la RKO en Hollywood y en localizaciones exteriores de San Bernardino. En los planos aéreos de la primera escena de la película, Ray desechó las grúas puestas a su disposición por la RKO y exigió un helicóptero. Fue la primera vez en la historia del cine que se utilizó un helicóptero como medio técnico.
La película cuenta como el joven Arthur Bowie Bowers (Farley Granger) acaba de escapar de prisión con otros dos reclusos, Henry T-Dub Mansfield (Jay C. Flippen) y Chickamaw One-Eye Mobley (Howard Da Silva). En la guarida donde se refugian vive Catherine Keechie Mobley (Cathy O'Donnell), una chica joven que pronto se siente atraída hacia Bowie, que tiene la intención de refugiarse en la montaña junto a Keechie y demostrar su inocencia, pero no puede separarse de los otros dos fugados, viéndose obligado a huir continuamente de la policía.
Poco después de atracar un banco con sus compañeros de prisión, Bowie sufre un accidente en la carretera; su colega Chickamaw dispara al policía que acude al siniestro y ambos huyen. En el coche accidentado la policía encuentra la pistola de Bowie y éste se ve obligado a emprender una huida sin rumbo fijo. Keechie le acompaña. Una noche, viajando en autobús, aprovechan una parada para casarse. Más tarde alquilan una cabaña en la montaña donde confían poder vivir en paz. Pero el destino está escrito y será imposible burlarlo.
Se trata de un drama negro, romántico y desesperado, con una pareja obligada a una relación prohibida por las circunstancias. Obligados a huir, viven su amor a escondidas. La película apenas tiene secuencias de acción ni violencia de forma explícita, siempre mostradas en segundo plano. Ray sabe manejar las elipsis con una gran facilidad, interesándose sobre todo en la recreación de los personajes. 'Los amantes de la noche' es una muestra de los nuevos aires que Dore Schary introdujo en la RKO en el breve lapso de algo más de un año en que estuvo al frente del estudio, antes de ser sustituido por Howard Hughes. En ese breve espacio de tiempo, puso en marcha una nueva política de producción en la que se apostaba por jóvenes debutantes. Y Nicholas Ray estaba en el sitio apropiado en el momento preciso.
La película se estrena en Nueva York dos años después, el 5 de noviembre de 1949. En este tiempo Ray ya había rodado una segunda película, estrenada también aquel año, 'Un secreto de mujer', otra obra maestra en la que destaca la interpretación de Gloria Grahame, con la que se casará tras el rodaje. En España nunca se estrenó en los cines, siendo dada a conocer dentro de un completo ciclo que TVE dedicó al director en otoño de 1974.
Como cineasta, Nicholas Ray influyó en una generación de directores, principalmente europeos, como Jean-Luc Godard o Wim Wenders que filmó su agonía en 'Relámpago sobre el agua'. Y aunque rara vez apareció en los créditos como guionista, reescribió gran parte de sus guiones, por lo general con el apoyo de sus actores. Y también alentaba mucho la improvisación. «Cuanto más me acerco a mi fin, más cerca estoy de reescribir mi comienzo», diría poco antes de su muerte.
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