Álex Mendibil: «Las películas nunca fracasan, fracasa el espectador»
Entrevista ·
La Sala:B de la Filmoteca Española es una iniciativa creada para el deleite de espectadores sin prejuicios, un ciclo de sesiones dobles que recogen joyas subterráneas del cine español. Hablamos con su programador
Ser un cinéfilo de verdad no consiste en ver los estrenos sonados de la semana y puntuar las películas en internet. Requiere un esfuerzo de arqueología descubriendo magnos títulos de antaño o filmes de actualidad que no se mueven por el circuito de exhibición convencional. ... Lo sabe bien Álex Mendibil (@alexmendibil), programador y guionista de cine y televisión que se forjó escribiendo sobre el séptimo arte, su gran pasión, en fanzines como el indispensable '2000 Maníacos' a finales del pasado siglo, bajo el pseudónimo Álex Zinéfilo, todo un tratado de principios. Defensor de toda obra audiovisual que no deje indiferente, de la cinefagia bien entendida en definitiva, es el máximo impulsor de una iniciativa creada para el deleite de espectadores sin prejuicios, la Sala:B de la Filmoteca Española, un ciclo de sesiones dobles que recogen joyas subterráneas del cine español. Las películas se proyectan una vez al mes en el madrileño Cine Doré. Este viernes 22 de febrero le toca el turno a dos rarezas esotéricas que casi acaban con las carreras de sus directores y ahora son reivindicadas como cintas de culto: 'El niño de la luna' (Agustín Villaronga, 1989) y 'Renacer (Reborn)' (Bigas Luna, 1981). Por supuesto, los pases son en 35 milímetros, un formato que comienza a ser insólito. La escritora Grace Morales, pluma esencial del añorado fanzine de cabecera 'Mondo Brutto', presentará el acontecimiento. Es habitual la colaboración de ilustres teóricos del medio en los actos, invitando al coloquio.
Mendibil, fan fatal del cine de Jesús Franco (prepara una tesis sobre el prolífico cineasta español), habla de su papel de explorador de otros mundos cinematográficos, de la iniciativa de lanzar dobles programas abracadabrantes que reivindican el cine de ayer, lo diferente, y nos avanza una primicia. Rebuscando títulos ignotos para Sala:B en la Filmoteca encontró en los archivos una lata de negativo de una cinta del Tío Jess que se suponía inacabada: 'El escarabajo de oro', rodada en 1979, con depósito legal de 1980. «Al ver que tenía créditos y que también había latas de sonido, descubrimos que estaba completa y por alguna razón nunca fue estrenada, o no nos consta», sostiene. «La sorpresa es que se había cambiado el título a 'Vaya luna de miel' y es una especie de comedia slapstick y medio romántica inspirada libremente en el relato de Poe, con robots de broma, cuevas de oro y destape light». Lina Romay es la protagonista, junto con el joven Emilio Álvarez, y salen Antonio Mayans y el músico, actor y director Max Boulois. La Filmoteca Española ha hecho una copia en positivo, mezclando el sonido de nuevo, y el 28 de febrero, con motivo del 30 aniversario de la propia entidad, se estrenará en el Cine Doré por primera vez en 40 años.
-¿De dónde parte una idea tan necesaria como excéntrica?
-Sala:B Surgió de mi pasión por el cine raro y del contacto con Filmoteca para mis investigaciones sobre el tema. Le propuse a Carlos Reviriego hacer lo que otras filmotecas y cines de repertorio hacen por el mundo, el caso más cercano la Cinémathèque de París, y enseguida lo vio claro. Había ese hueco en la programación y sobre todo un catálogo inmenso para rebuscar.
-¿Qué criterio sigues a la hora de elegir las películas?
-Los programas dobles siempre me fascinaron, se establece automáticamente un diálogo entre las dos pelis que puede ser más o menos obvio. Intento que sea algo inesperado y que dé lugar a reflexiones sobre lo que es o no es serie B. Tengo largos listados de títulos y temas y luego vamos viendo lo que hay en catálogo y no está demasiado deteriorado. Se puede decir que la mitad de lo que sale es lo que yo intento y la otra mitad lo que se puede poner.
-¿Qué tipo de público se acerca a estas singulares sesiones?
-De todo, el clásico de la Filmoteca y también aficionados al cine de culto.
-Menos mal que existen. ¿Se está perdiendo la costumbre de ir al cine?
-Creí que sí. Yo también la he perdido, entre el digital y el mainstream me da pereza salir de casa, lo veo en mi pantalla tan ricamente. En cambio, voy bastante a cines tipo Filmoteca o Bellas Artes que siguen poniendo 35 mm. Si aprecias la diferencia es otro mundo completamente, y me parece que más gente lo está apreciando.
-¿Qué opinas de cierta tendencia a organizar pases de películas de serie B para reírse de ellas?
-Sala: B va por otro lado… Todos lo hemos hecho, yo el primero cuando empecé a escribir en fanzines, pero ahora no me interesa y hasta me apena. Creo que se acaban generando dinámicas reaccionarias sobre el cine «bueno» y el «malo», una condescendencia que en el fondo es muy esnob. Lo curioso es que los que se burlan están cayendo en la misma ceguera de los cinéfilos «académicos», separando una serie B buena y defendible, de otra que es cutre y mierdosa, que solo vale para echarse unas risas. Y a veces en esa precisamente están los mayores hallazgos.
-Sin duda. ¿Hacia dónde van las salas de cine?
-Ni idea. Veo con escepticismo estos fenómenos que llegan del cine deluxe con cena y gintonic, o el revival 80s, que son puro marketing. Aunque hay iniciativas por todo el mundo muy interesantes, pero siempre pequeñas y alejadas de las cadenas franquicia.
-¿Cuál es el objetivo de las sesiones que organizas?
-La diversión y esa idea de mirar la serie B de otra manera, no por sus defectos sino por sus virtudes, por esa capacidad de construir sus propios códigos, voluntariamente o no, eso da igual. Yo en la serie B veo recursos que usa el cine de vanguardia, el experimental o hasta el videoarte, y si nos quedamos en señalar lo mal hechas que están no le veo la gracia.
-¿De toda película se aprende algo?
-Por supuesto, me gusta pensar que las películas nunca fracasan, fracasamos los espectadores al acercarnos a ellas. Puede fracasar el director en conseguir X objetivos, pero la peli finalmente encuentra su público. Es responsabilidad del espectador disfrutar o no la peli, por tanto el fracaso es nuestro.
-Empezaste escribiendo en fanzines, ¿una escuela esencial para cultivar tu pasión por el celuloide?
-Claro, se lo debo todo al '2000 Maníacos' y a la escena fanzinera, mi pasión, mi trabajo, mis proyectos y ¡hasta mi tesis doctoral!
-¿Qué aportan las puntuaciones a películas en internet?
-Es un cáncer, es llevar al cine al terreno de la competición deportiva, lo que nos está llevando a esta mediocridad del consenso y del cine «correcto», técnicamente pulido pero sin alma, que a nadie disgusta pero tampoco emociona.
-¿Qué títulos ves imprescindibles en Sala: B?
-Los que no conozco ni yo. Me fascina descubrir cosas como 'Alicia en la España de las maravillas', 'Las flores del vicio', 'El rayo desintegrador', 'Animales racionales'...
-¿Hay alguna intención de que la idea se mueva por otras ciudades?
-Me encantaría bucear en otras filmotecas, seguro que en todas hay series B que merecen ser reivindicadas, ¡es cuestión de organizar la gira «Sala:B»!
-¡Por favor!
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