Agnès Varda, la cineasta libre

Nació con el nombre de Arlette Varda en Bruselas, el 30 de mayo de 1928. Su padre pertenecía a una familia de refugiados griegos de Asia Menor y su madre era francesa. Estudió Historia del Arte en la École du Louvre antes de conseguir un trabajo como fotógrafa oficial del Teatro Nacional Popular (TNP) de París. Le gustaba la fotografía, pero estaba más interesada en el cine. Después de pasar unos días grabando la pequeña ciudad pesquera francesa de Sète, un documental para un amigo enfermo, Varda decidió hacer una película. De este modo debuta en 1954 su primera película, 'La Pointe Courte', que narraba la historia de una triste pareja. La película fue la precursora estilística de la nouvelle vague francesa.

Varda fue pionera en la apertura de la dirección cinematográfica a las mujeres. «Sugerí a las mujeres que estudiasen cine. Les dije: 'Salid de las cocinas, de vuestras casas, haceos con las herramientas para hacer películas'», recordó muchas veces. Más tarde se la encuadrará definitivamente aquella renovación del cine francés, muy conectada al 'nouveau roman', estilo literario que estaba posicionado políticamente en la izquierda.

Varda dirigió una cuarentena de películas entre cortometrajes, documentales y largos de ficción. Su formación previa en fotografía le permite captar los pequeños detalles de la realidad que la circunda. La combinación de la textura documental con un desarrollo narrativo puede ser el rasgo más característico de su extensa obra, lo mismo que la irrupción de la subjetividad del autor. En sus primeras obras reflejan el impacto del cine francés de la nouvelle vague, destacando 'Cleo de 5 a 7' (1961). 'La felicidad' (1965), 'Las criaturas' (1966), o 'Lion's Love' (1969), todas con el común denominador de criticar la rigidez de la sociedad burguesa. La segunda fase de su obra se sitúa a partir del mayo del 68, contagiada por el espíritu rompedor de aquel tiempo. Destacan 'Black Panthers' (1968), 'Daguerrotipos' (1975), 'Una canta, otra no' (1977), con un estilo jovial transformando las luchas feministas en una danza de colores kitsch, y 'Murs, murs' (1980).

En 1985 firma una de sus películas más destacadas, de sus trabajos más destacadas, 'Sin techo ni ley', protagonizada por Sandrine Bonnaire, que da vida a una vagabunda que sobrevive sometida al azar. En la película cohabitaron actores y no actores que interactúan perfectamente, siendo el germen de toda una corriente de cine realista contemporáneo. En 1987 firma 'Jane B. par Agnès V.', tras la que vendrían 'Cinévardaphoto' (2004), 'Los espigadores... y la espigadora' (2000) y su secuela 'Dos años después' (2002), que combinan el tono documental con testimonios históricos y del paso del tiempo. En 2017 presentó su película, 'Caras y lugares', realizada junto al videoartista llamado JR, y en la que vuelve a plantear esa intersección entre documental, juego y exploración social de su cine.

Agnès Varda se casó en dos ocasiones, primero con el actor y director teatral y operístico Antoine Boursellier con quien en 1958 tuvo una hija, Rosalie Varda creadora de vestuario y directora artística, y en 1962 con el director cinematográfico Jacques Demy a quien acompañó hasta su muerte en 1990. En su película 'Jacquot de Nantes' (1991) Varda traza un relato de la infancia de Demy y su amor por el teatro y el cine. Le rindió homenaje también en 'Les Demoiselles ont eu 25 ans' (1993), que recordaba la célebre película de Demy 'Las señoritas de Rochefort' y 'L'Univers de Jacques Demy' (1995). Tuvieron un hijo en común, el actor Mathieu Demy, nacido en 1972.

Toda la obra de Varda tiene como distintivo un estilo experimental. A lo largo de su trayectoria ha recibido numerosos premios, entre ellos en 1985, con la película 'Sin techo ni ley', obtuvo el León de Oro del Festival de Cine de Venecia y su biografía documentada 'Las playas de Agnès' el Premio César en 2009, así como el Premio René Clair de la Academia francesa y una Palma de Honor del Festival de Cannes. En 2017 recibió un Óscar Honorífico por su carrera. En sus últimos años recibía el calificativo cariñoso de 'la abuela de la nouvelle vague'. Agnès Varda falleció en París el 29 de marzo de 2019 a consecuencia de un cáncer.