Adolfo Blanco: «La gente va salir más cinéfila de esta pandemia»

-¿Cuánto tiempo van a permanecer cerrados los cines?

-No lo sé. Se dice que reabrirán a finales de junio o principios de julio. Yo no puedo adivinarlo. Me imagino que será una reapertura simultánea en todo Occidente, no creo que haya ningún país más valiente o insensato que otro para ser el primero en abrir. Cuando eso ocurra vamos a poder estar muy tranquilos, la crisis sanitaria estará bajo control y los cines abrirán para siempre.

-¿Qué habrá que hacer para que el espectador pierda el miedo de volver a las salas?

-Los que nos dedicamos a intentar atraer al público a las salas somos poco imaginativos, siempre acabamos con fiestas del cine y promociones del precio de la entrada. Pero evidentemente esas cosas ayudarán. La vuelta a la normalidad deberá ir acompañada de muchos mensajes positivos y de mucha ciencia. Vamos a tener que estar todos muy convencidos de que habrá seguridad. Los Estados se han equivocado una vez al tomar las medidas tarde, no hablo solo de España, sino de Occidente. La siguiente vez van a ir con pies de plomo. Habrá que hacer ver a la gente que, efectivamente, no hay que tener miedo. Y en cuanto vayan al cine y vean que no pasa nada se acabará el temor.

-Como distribuidor, ¿cómo solucionará el atasco de estrenos? ¿Es inevitable dar salida a las películas en las plataformas de streaming?

-Sí, eso aliviará muchísimo, es absolutamente necesario para solucionar el embudo de los estrenos. Si tienes películas pequeñitas, las colocarás cuando sepas dónde han caído las grandes. Nosotros trabajamos el cine de autor, películas de nicho, de boca a oreja, sin grandes estrellas. Pero también tenemos algunas grandes. Habrá que esperar a que los grandes estudios digan cuándo van a estrenar las suyas para ir acomodando las nuestras. Hasta que no den pistas solo podemos intentar cobrar de los cines, que es en lo que estamos ahora como distribuidores.

-El presidente de los exhibidores, Juan Ramón Gómez Fabra, sostiene que el actual modelo de ventanas (lapso de tiempo desde que la película se estrena en los cines y pasa a otros formatos) es la piedra angular que sostiene a toda la industria del cine.

-Así es. El cine con mayúsculas está concebido para la pantalla grande. Se puede discutir por qué en España hay una protección de 112 días hasta que se puede ver en otro formato y en Estados Unidos de 85. El periodo de exclusividad para las salas se tiene que proteger como un valor importantísimo. De otro modo perderían todos: las salas, las películas y el público.

-Todavía el porcentaje de beneficio en las plataformas es residual comparado con el de los cines.

-Ahora se llaman plataformas, antes era el vídeo y la televisión. ¿Movistar es una plataforma? Nosotros llevamos trabajando con ellos y Canal Plus desde que existe la televisión de pago en España. El modelo de explotación de una película es como el de cualquier bien o servicio. En una primera fase llega a las mejores tiendas y después acaba en otras no tan distinguidas a otro precio. La recuperación de la inversión necesita de todos los actores. Ahora crecen las plataformas en detrimento del formato físico y la televisión. Lo que pagaban las televisiones en abierto por 'Titanic' hoy sería impensable. Ya no tienen las audiencias del 30% de antes; Telecinco obtuvo el 20% el otro día con '50 sombras de Grey' y creo que descorchaban el champán. Hace diez años esa audiencia hubiera sido floja.

-¿Tras la pandemia cambiará el modelo de negocio? ¿Se acabarán esos días de exclusividad de las salas?

-No tiene por qué cambiar. No lo ha hecho antes por otras competencias, el cine será siendo la ventana premium. Para mí es muchísimo más rival el fútbol, sobre todo cuando el Madrid y el Barça eran buenos. Entonces sí que le hacían daño al cine. Han llegado las plataformas y el cine ha seguido creciendo. ¿Qué nos hace pensar que porque la gente haya conocido más las plataformas por la epidemia algo va a cambiar? Nosotros pusimos 'Roma' en los cines Verdi, y un porcentaje altísimo de los espectadores eran suscriptores de Netflix. Sabían que era la película a ver en salas.

-¿No tiene miedo a que nos acostumbremos estos meses a ver películas en el televisor y nos olvidemos de las salas?

-Todo lo contrario. La gente está viendo ahora más cine que antes, va a salir más cinéfila. Y nosotros queremos que haya cinéfilos, porque son los que más valoran la pantalla grande.

-¿Qué balance hace de la sala virtual de cine que ha montado?

Es una experiencia nueva que no hemos improvisado, llevábamos pensándolo hace mucho. El declive del formato físico es una realidad, somos los últimos románticos que hacemos unas ediciones en Blu-rays que se corta la respiración de placer. Muchas de ellos son antieconómicas, pero mientras hayas coleccionistas y cinéfilos que las valoren seguiremos, es parte del ADN de nuestro proyecto. Pero no nos chupamos el dedo, el Blu-ray ya no es negocio, el cine llega a las casas de otra forma. Los estudios y los distribuidores independientes ya están en las plataformas para garantizar que sus películas llegan 'online' a los hogares. Qué ocasión mejor para implantar un modelo transaccional, en el que cobramos la entrada al precio del cine. Ya hay 80 salas adheridas y sigue el goteo, no tardarán las cadenas importantes. El balance es muy positivo, porque la sala virtual funciona a nivel técnico y ha tenido mucha aceptación. Es una apuesta por un modelo transaccional que Netflix mató prematuramente, no tener que estar suscrito a nada y pagar solo por la película que ves. La gente se va a borrar ahora de muchas plataformas porque no da el bolsillo para todo.

-¿Qué piensa de las reivindicaciones del mundo de la cultura en plena emergencia sanitaria?

-La cultura es una parte esencial de la vida. Es lo que nos enriquece el alma, tan importante como el cuerpo. Es evidente que los creadores van a necesitar protección, como otras muchas industrias. La cultura no solo nos alegra la vida, es que da trabajo de manera directa a 700.000 personas y a más de un millón de manera indirecta. Confío en un apoyo a quienes tanto dan.