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«Estoy embarazada. Y quiero seguir estudiando», le suelta a su ginecólogo la protagonista de 'El acontecimiento'. Estamos en la Francia de provincias en 1963. El aborto es un delito que lleva a quienes lo practican y a las mujeres que se someten a él ... a la cárcel (la ley Veil no lo despenalizaría hasta 1975, tres años después de que fueran legales los métodos anticonceptivos). Anne (Anamaria Vartolomei) sabe que tener un hijo equivale a convertirse en madre soltera y ama de casa. Su bebé no deseado pondría fin a una independencia profesional. Y aunque se juegue su libertad y su vida, está dispuesta a poner fin a su embarazo a cualquier precio.
Ganadora del León de Oro en el último Festival de Venecia, el segundo largometraje de Audrey Diwan que este fin de semana llega a los cines españoles se basa en la novela autobiográfica de la escritora francesa Annie Ernaux, publicada hace un par de años en nuestro país por Tusquets. En 1963, cuando Ernaux estudiaba Filología en Ruan, descubrió que estaba embarazada. Desde el primer momento no tuvo la menor duda de que no quería tener esa criatura. Diwan sigue el proceso de gestación de la protagonista hasta que se somete a un aborto clandestino. Nunca el cine ha mostrado con tanta crudeza y verismo una intervención así.
'El acontecimiento' arranca en el colegio mayor en el que la protagonista y sus dos compañeras se ajustan los sujetadores para aumentar su pecho y se acortan las faldas antes de salir de fiesta. Anne es una estudiante brillante y aplicada, perfectamente consciente de que la universidad que con esfuerzo pagan sus padres es la única salida para escapar del bar que regentan. Lleva varias semanas sin que le baje la regla. Así que el encuentro que tuvo con un chico de otra universidad quizá tenga consecuencias no deseadas. No hay complejo de culpa en una mujer que quiere disfrutar de su sexualidad, sino urgencia primero y terror después.
La cámara de Audrey Diwan está en todo momento pegada a la protagonista, que continuamente se lava la cara y se mira al espejo, como si quisiera barrer una impureza de su cuerpo. Más que un drama, 'El acontecimiento' funciona como un thriller de suspense e incluso una cinta de terror. A la tensión de ocultar su embarazo se suma el riesgo de cometer algo prohibido. Las chicas francesas ricas de la época podían ir a Holanda a abortar con seguridad, de la misma manera que las españolas viajaban a Londres. Esta es una película durísima, escalofriante, con imágenes terribles, como el intento de aborto de Anne introduciéndose una aguja de punto por la vagina o las escenas finales, nunca vistas en una cinta de ficción.
«Audrey Diwan tuvo el coraje de mostrar el aborto en toda su brutal realidad: agujas de hacer punto, sonda introducida en el útero por un abortista...», alaba la escritora Annie Ernaux. «Esas imágenes perturbadoras consiguen que comprendamos los horrores que se perpetraron en el cuerpo de las mujeres y de lo que significaría un paso atrás». Por su parte, a Audrey Diwan le impresionó del libro de Ernaux «la dicotomía entre la fórmula trillada: aborto clandestino y la realidad concreta del procedimiento». «Lo primero en lo que pensé fue en el cuerpo de esa joven, lo que debió sufrir desde que supo que estaba embarazada. Y el dilema al que se enfrentaba: arriesgar su vida y abortar, o tener el bebé y sacrificar su futuro. Cuerpo o mente. No me hubiera gustado tener que elegir».
'El acontecimiento' nos acerca a una mujer observada, perseguida y juzgada en un universo clasista. Y consigue que empaticemos con su absoluta soledad, pues no encuentra apoyos en los hombres, en sus compañeras ni en su familia. «El aborto no es el único tema de la película», asiente la directora. «Mi protagonista es una renegada social. Proviene de una familia de clase trabajadora y es la primera en ir a la universidad. El ambiente de la facultad es más burgués, con códigos y una moral más estricta. Anne pasa de un mundo al otro mientras guarda un secreto que podría acabar con todas sus esperanzas».
Varios espectadores en la última Seminci de Valladolid se ausentaron durante la proyección de 'El acontecimiento' y una mujer tuvo que ser atendida al marearse en el clímax del filme. «No he querido provocar. Pero me parecía fundamental no apartar la mirada en esos momentos», sostiene Audrey Diwan. «Por encima de todo, quería filmar de principio a fin, sin cortes. Me negué a filmar secuencias teóricas que explican por lo que está atravesando la protagonista, sin vivirlo nosotros mismos».
Nada sobra ni falta en una cinta rodada en un formato de pantalla cuadrado, con el fin de aislar el microcosmos claustrofóbico de la protagonista. Habría que remitirse al rumano Christian Mungiu y su obra maestra '4 meses, 3 semanas, 2 días' para encontrar un relato tan estremecedor, aunque en este caso la palabra «aborto» no se diga en ningún momento del metraje. La dimensión política de este angustioso largometraje está clara en unos tiempos en los que en algunos lugares, como los estados de Texas e Idaho, vuelve a ponerse en la picota el derecho a la interrupción del embarazo. Escribe Annie Ernaux en 'El acontecimiento': «Aunque sabía por el calendario Ogino que me encontraba en un periodo de riesgo, no creía que 'aquello pudiera llegar a arraigar' en el interior de mi vientre. En todo lo relacionado con el amor y el goce no me parecía que mi cuerpo fuera intrínsecamente diferente al de los hombres».
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