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Solo por 'Tirad sobre el pianista' y 'El tambor de hojalata'Charles Aznavour merecería un huequito en las enciclopedias de cine. «Aunque la canción y el cine forman un paralelo en mi carrera, yo debuté como actor, y siempre me ha ... gustado más actuar que cantar», confesaba el artista en 1990, cuando vino a España a rodar 'El ángel caído', olvidable thriller de Roberto Bodegas. «Tanto es así, que siempre procuro tener planificados por adelantado mis contratos como cantante para poder hacer cine», explicaba.
Antes de que Edith Piaf impulsara su carrera en los escenarios, Aznavour ya venía haciendo teatro y cine desde los once años. Su aspecto frágil y mirada melancólica no le reservaba precisamente papeles de galán. Los 'jovenes turcos' de la Nouvelle Vague le adoraban, por eso Truffaut le brindó el papel protagonista de su segundo largometraje, 'Tirad sobre el pianista', una adaptación de la novela del estadounidense David Goodis, con la que el director rendía su particular homenaje a los thrillers de serie B del Hollywood de los 50 que tanto le habían apasionado.
Si 'Tirad sobre el pianista' rezumaba humor y cinefilia, 'El tambor de hojalata' adaptaba la novela-río de Günter Grass y obraba el milagro de condensar en dos horas y media la increíble vida de Oskar Matzerath, el niño que a los tres años se negó a crecer. Aznavour encarnaba al juguetero enamorado de la madre del pequeño, que a través de su mirada alucinada era testigo de los devenires históricos de Alemania, del auge del nazismo a la entrada de las tropas aliadas. Grotesca, lírica, irónica, escatológica y brutal, la cinta de Volker Schlöndorff mantiene intacta su poder perturbador.
Entre los 80 títulos entre largometrajes y series en los que Aznavour intervino hay éxitos populares, como 'Un taxi para Tobruk' y 'Las alimañas' –ambas con el duro Lino Ventura– y 'Diez negritos', y cine de autor, como 'El testamento de Orfeo', de Jean Cocteau, y 'Ararat', una de sus últimas películas, en la que encarnaba a un alter ego de Atom Egoyan en la piel de un director de cine armenio que llega a Canadá para rodar una película sobre el genocidio de ese pueblo.
El cantante tenía querencia por los personajes de detective, como en la miniserie 'Le Chinois', algo así como el Colombo francés, y demostró sus dotes dramáticos con Claude Chabrol en dos de sus mejores películas: 'Locuras de un matrimonio burgués' y 'Los fantasmas del Chapelier'. También frecuentó el 'polar', el género negro francés, como en la estupenda 'Las alimañas'. Y hasta formó parte del estelar e internacional reparto de 'Candy', un filme de Christian Marquand con Marlon Brando, Richard Burton, James Coburn...
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