'Britannia', chute de 'folk horror' psicodélico
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Sexo, magia y sacrificios humanos son el hilo narrativo del tercer intento de los romanos por hacerse con las Islas BritánicasUna serie de moda, ¿nace o se hace? Las ficciones concebidas (o promocionadas) bajo la etiqueta de 'la nueva
El enfoque de esta campaña promocional tiene a favor la posibilidad de alcanzar a numerosos fans susceptibles de caer en la trampa. En contra, la decepción de no encontrar lo que les prometieron. Y todo porque la serie de George R. R. Martin vende más que 'Vikingos', referente que sí da una idea más aproximada sobre lo que nos vamos a encontrar. Por no hablar de los más imaginativos que han encontrado puntos en común con 'Outlander'.
En 'Britannia', respecto a las mencionadas, hay sexo salvaje, aunque menos; Violencia pero rodada con menos dinero; Menos tribus; Sacrificios humanos, eso es un clásico. Y, especialmente, ganan la batalla en la banda sonora: música psicodélica británica desde los acordes de 'Hurdy Gurdy Man' de Donovan empleados en la cabecera. Todo ello para suplir la falta de dragones y ello a pesar de contar con una jugosa ración de druidas, magia e invocaciones demoníacas.
'Britannia' viaja hasta el año 43 a.C. cuando los romanos intentaban, por tercera vez, hacerse con las Islas Británicas tras los intentos fallidos del emperador Julio César. Sobre el terreno, el ejército comandado por el general Aulo Plaucio (David Morrisey) deberá hacer frente a las tribus celtas asentadas -con sus líderes, traidores e hijos díscolos- y el poder de dos druidas milenarios, y que se enfrentan la magia oscura desde diferentes perspectivas, Veran (Mackenzie Crook) y Divis (Nikolaj Lie Kaas).
Todo ello salpicado por unas cuantas profecías, torturas, asesinatos, ropas extravagantes, maquillajes imposibles y un único personaje capaz de empatizar con el espectador, la niña 'sin nombre' (Eleanor Worthington Cox) abandonada a su suerte tras la matanza perpretada en la aldea donde residía.
Una ficción psicodélica y confusa al mismo tiempo que bien podría dividirse en dos fases: Una primera parte -cuatro de su nueve capítulos totales- donde las difusas tramas sólo alientan al espectador a que abandone la serie; Y una segunda en la que, superado el umbral, tu cuerpo pide más de esos psicotrópicos y alucinónegnos que han ido sembrando los hermanos Tom y Jez Butterwoth, creadores de la serie.
Un vehículo excelente para reivindicar -y reforzar- la identidad británica en tiempos de Brexit.
Cuando una etiqueta empieza estar demasiado usada, inventamos una nueva. Y ahí entra el 'folk horror', una categoría acuñada por el director británico Piers Haggard durante la promoción de 'La garra de Satán' (1971). Bajo esta caben todas aquellas creaciones artísticas que cuenten historias (preferiblemente) celtas en una atmósfera que provoque horror -no confundir con miedo o terror-, inquietud y agobio en el espectador.'Britannia' va sobrada de todo eso.
El amantes del 'folk horror' que llevaban años mirando con añoranza los ya lejanos y emblemáticos títulos cinematográficos, 'El hombre de mimbre' (1973) o 'Cuando las brujas arden' (1968) e incluso las más recientes 'A field in England' (2013) o 'La bruja' (2015), aguardan la llegada de esta televisiva manifestación sombría folclórica.
La primera de 'Britannia' se emite a través de Sky y está disponble completa en HBO España desde el 18 de enero de 2018.
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