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Niños disfrutan de un pícnic bajo la mesa del comedor.
Para los días de lluvia, un pícnic bajo la mesa
Planes con niños

Para los días de lluvia, un pícnic bajo la mesa

Comer o cenar en familia puede ser una actividad divertida y única con un poco de imaginación

Ainhoa Iglesias

Jueves, 24 de noviembre 2016, 14:30

Cosas de verano para retirar: los biquinis, las toallas de playa, las gafas y tubos de 'snorkel', los sombreros de paja, las colchonetas hinchables, la sombrilla, la cesta de pícnic... Un momento, ¿seguro que hay que renunciar a alimentarse en lugares maravillosos sólo porque el tiempo no acompaña? ¡Ni hablar!

El clima inestable del otoño puede provocar que muchas familias obvien los planes más divertidos ante el riesgo de que acaben pasados por agua pero, un fin de semana de lluvias puede ser, precisamente, una excusa perfecta para hacer un pícnic en casa con los niños. Una experiencia que puede resultar muy agradable si se realiza en un lugar totalmente inesperado que ofrezca a los más pequeños la oportunidad de escapar de la rutina.

Prácticamente en todos los hogares existe un sitio así y de hecho es, seguramente, uno de los rincones favoritos de los críos para esconderse. Porque... ¿quién no se ha refugiado alguna vez cuando era pequeño debajo de una mesa? ¿Acaso algo impide convertirla en una 'jaima' improvisada para comer o cenar en familia? No hace falta mucho más que un mantel y un par de sábanas para que la cocina, o el comedor, de pronto evoquen una gran aventura.

  • ¿POR QUÉ BAJO LA MESA?

  • Comer o cenar bajo la mesa, y no encima, permite cambiar la perspectiva y acometer esta acción a la inversa de como se realiza normalmente. Ambas cosas ayudan a

  • despertar la creatividad

  • y a entrenarse en el pensamiento divergente.

  • Normalmente son los niños quienes se adaptan a un mundo confeccionado a la medida de los adultos. En la mesa por ejemplo deben utilizar tronas y utensilios especiales que les faciliten la tarea de alimentarse. En el suelo todo está a su alcance y el hueco que queda bajo la mesa les proporciona un techo y un espacio más acorde a su estatura. Todo ello les permitirá

  • disfrutar más

  • de la experiencia de comer o cenar en familia.

  • El hecho de que los adultos traten de adaptarse al limitado espacio que hay debajo de una mesa, muestra una disposición a adentrarse en el mundo de los más pequeños de la casa, lo que favorece la relación entre padres e hijos y fortalece los vínculos afectivos.

¿Te convence? Hazlo en cuatro sencillos pasos.

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