Visitas a EE UU y Reino Unido, y todavía una parada nocturna en París, precedieron a la ansiada presencia de Volodímir Zelenski este jueves en el corazón de Europa. El sentimiento de agravio que haya podido despertar en Bruselas este itinerario retrocede si se considera ... que Ucrania es muy consciente de la respuesta que obtendrá en los distintos destinos a su apremiante reclamación de colaboración contra la invasión de Rusia. El presidente ucraniano pide más armas, de mayor alcance, y aviones de combate para proteger a sus ciudadanos y su territorio del desgaste de casi un año de guerra y afrontar la nueva ofensiva que Moscú gesta ya contra el este del país. Halla calor y tratamiento de superestrella allí donde aparece, pero comprueba que el ardor guerrero de Washington y Londres se ralentiza en el club al que aspira a acceder algún día. Y aunque ya nadie se atreva a reprochar a Kiev la extravagante idea de una 'escalada defensiva', el desafío de los meses venideros agrieta a la Unión Europea. Frenar la amenaza del expansionismo de Putin dependerá de la voluntad de cada Estado, en una UE que padece ahora las consecuencias de tantos años de desinterés por la defensa común.

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