Yolanda Motomami

A pesar de los navajazos que se reparte Yolanda con sus compañeras de trinchera, la guerra de la imagen la va ganando de sobra. Cae bien, sonríe mucho y ha dejado atrás la foto con el puño en alto cantando 'La Internacional' para ir al Vaticano a saludar al Papa o acudir a una cena de gala con Garamendi. Hoy el pasado dura cinco minutos y por eso Yolanda Díaz será lo que quiera ser, como en la escena de 'Breaking Bad' en la que el abogado Saul le dice a Walter: «Una vez le dije a una mujer que yo era Kevin Costner y me creyó porque yo me lo creí.»

La gira en la que se ha embarcado por España hizo parada en Sevilla. En el acto quiso tomar la palabra un trabajador de Puerto Real y no le dejaron hablar, así funciona lo que han denominado «proceso de escucha». Porque Yolanda y sus asesores han vuelto al estrambote sintáctico, al espumillón con el que se adorna un maniquí que no tiene ropa: 'Sumar' es un «proyecto político» que no es un formación al uso sino «un espacio transversal»; la crisis de los partidos es absoluta.

Hay bolas de nieve que cuando bajan por la pendiente se van haciendo más pequeñas. Habrá que ver con Yolanda, con la que quizás nos pase como en esa otra escena de 'Better Call Saul', spin off de 'Breaking Bad': una mujer se despierta junto al abogado y le dice: «¡Eh, tú no eres Kevin Costner!». Él la mira y le responde: «Anoche lo era».