Y TODO ESTO PA QUÉ

Porque, Pedrito, resulta que las cosas no eran así. Las cosas no eran fáciles después de abril cuando, recuerdas, te dedicaste a dejar pasar semana tras semana sin negociar de verdad nunca. Pero pese a lo que tú te creías y otros te aseguraban, resulta que era previsible que ir a elecciones iba a convertir el Parlamento en una jaula de grillos en la que sólo faltan Teteno y Taburete. Y en la que, ay, el tercer partido de España es de ultraderecha. Enhorabuena especialmente por esto último.

En fin, que no te entiendo. Y tiemblo al pensar qué piensas hacer ahora. Porque lo que antes era complicado, ahora es peor que un puzle de cinco mil piezas de un cielo azul. Navegar sobre ese cielo requeriría de una capacidad de político de estado que, me perdonarás, no te veo.

Tampoco se la veo a los de enfrente, presidente, por si eso te consuela. Aunque en realidad me parece que eso más que hacerte bueno, te hace peor. Porque éstos eran los mimbres que tenías en abril, y tú sabías que iban a ser los mismos. Y puesto que no esperarías que te fueran a dar una mayoría absoluta (y si lo esperabas, estás más allá de toda ayuda humana) me pregunto como esperabas que ibas a salir de ésta.

Empieza a hacer sumas, a ver. Porque aquí fuera, donde vivimos los españoles, está empezando a hacer frío. Y mientras tú juegas a hacerte el interesante, compañero, los demás vemos llegar una crisis sin nadie que nos gobierne.

Qué bien todo. Perico.