Y si...» es seguramente una de las frases que más nos martiriza estos días, y probablemente a los padres de Álex. «Y si no le hubieran dado la condicional... Y si la Policía hubiese puesto algún tipo de vigilancia. Y si el niño hubiese ido ... pronto a casa. Y si los mayores... Y si yo... Y si...». Todos los 'y si' que se nos ocurran solo contribuyen a aumentar la desesperación por lo que creemos que se pudo hacer y no se hizo y la imposibilidad de volver atrás el reloj. Por otra parte, en esa larga lista, que el padecimiento escribe, podemos llegar hasta un 'y si' que nos lleve a culpabilizarnos como progenitores de algo que no es nuestra culpa.

Publicidad

Nadie está preparado para la muerte de un ser querido, mucho menos la de un hijo pequeño. No es solo la pérdida del hijo y de las expectativas de futuro para él, también se arruinan las expectativas para uno mismo y para la familia. En este caso al dolor implacable por la ausencia se añade —como el devastador fuego del volcán canario— la forma inesperada y perversa en que Álex ha sido arrancado para siempre de nosotros.

Por mucho que desde estas líneas quiera trasladar mi pesar a la familia; pedir con ella justicia; aunar mi impotencia y dolor y el de todos nosotros al suyo, soy consciente de que nada puede calmar el sufrimiento que brama dentro de los padres.

Los 'y si' no alivian, entonces ¿qué hacer? querido lector. ¿Expresar nuestra rabia, nuestro dolor y nuestra empatía a la familia desangrada por la muerte? Sí, sin dudarlo. ¿Alejar los 'y si' que reconcomen el alma? Sí. ¿Apoyar con muestras de cariño, estar a su lado, acercarles ayuda especializada? Sí, por supuesto. ¿Agilizar el proceso judicial? Sí. Y algo más, algo que no les devolverá a Álex pero que contribuya a evitar otros casos como el suyo. Es imprescindible revisar el sistema judicial y penitenciario; «perder el tiempo» en crear los perfiles de sujetos como el del presunto criminal. Dar tratamiento sistemático médico y psicológico dentro de la cárcel. Revisar con toda cautela la trayectoria dentro y la evolución psicológica que puedan ocultar, y si finalmente se decide que salgan no deben de hacerlo sin el seguimiento farmacológico que hayan estado recibiendo, el psicológico y el policial.

Publicidad

Queremos creer en la bondad humana y en la reinserción, y así debe ser. Pero hay que mirar muy bien –y aún con eso nos podremos equivocar– cómo son las personas, cuál es su naturaleza. «La naturaleza de un ser, no está en lo que parece, sino en lo que es», expresó Jaime Balmes. Tenemos que saber que la maldad sí existe y que, en este caso, es aplicable la afirmación de Oscar Wilde: «Y los que se salen de su esfera cambian solo de entorno, no de naturaleza».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad