Desde hace ya un tiempo la gran mayoría de plataformas ha recuperado aquello de desgranar las series a capítulo por semana. Solo Netflix sigue emperrada en subir todo el contenido de una tacada y es difícil encontrar una razón que explique el porqué. Al fin ... y al cabo ponerlo todo de golpe limita la conversación sobre la serie a un fin de semana, mientras que dosificar cada entrega hace que la charla y las teorías en las redes sociales, si es que la serie se presta a ello, fluyan como la espuma durante al menos dos meses.

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Ha ocurrido con 'Bruja Escarlata y Visión' –en EE UU 'Wandavision'–, la primera serie de Disney+ ambientada en el Universo Marvel. La serie es, sin duda, un ejercicio formal maravilloso que homenajea a lo largo de sus episodios a distintas 'sitcoms' que han marcado un antes y un después en la televisión estadounidense. Y lo hace no solo con sus guiones, más pacatos o más ácidos cuando toca, sino también con su formato. Es en blanco y negro y con decorados pochos cuando toca rendir pleitesia a 'El show de Dick Van Dyke'. Pasa al color, aunque manteniendo el formato cuadrado de la imagen, cuando se trata de homenajear a 'Embrujada', 'La tribu de los Brady' o 'Enredos de familia'. Y la pantalla se convierte en panorámica y la cámara se vuelve juguetona cuando se trata de acercarse a 'Malcom in the Middle', 'The Office' o 'Modern Family'.

Pero es que además la ficción cuenta una historia interesante acerca del duelo y de la pérdida, que gana repartida semanalmente, pero que peca de reiterativa cuando uno intenta verla del tirón –me ha pasado–. Si a Netflix no le renta lo de estar más tiempo en el candelero, igual sí que debería tomar nota de la estrategia para sus producciones más pobres.

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