La Consejería de Educación trabaja la posibilidad de modificar el calendario escolar de La Rioja para introducir en el mismo una especie de 'semana blanca' con que descongestionar de carga lectiva el segundo trimestre, singularmente denso para alumnos y profesores cuando la Semana Santa se celebra entrado ya abril, como ocurre el año próximo. Un planteamiento histórico que como un Guadiana ha ido emergiendo y desapareciendo en sucesivas negociaciones del calendario colegial riojano, pero que no ha llegado a materializarse más allá de leves retoques que tampoco se han consolidado en la organización del curso. Así, La Rioja mantiene su calendario escolar adaptado a la estructura más clásica que considera no lectivos los días de Jueves y Viernes Santo y extiende las vacaciones toda la semana siguiente al Domingo de Resurrección, la Semana de Pascua. Un lote de once días consecutivos de interrupción de clases que en ocasiones ha sido puesto en cuestión por los gestores educativos de la administración autonómica, siempre sin éxito. Así ocurrió antes del curso 2006/2007. La Consejería de Educación del entonces gobierno del PP llegó a proponer un cambio de fechas o, como alternativa, un sistema rotatorio en función del calendario. La propuesta contaba con el apoyo de las organizaciones de padres y madres de alumnos, pero encontró oposición frontal en los sindicatos de profesores y en las administraciones locales que impusieron su mayoría. En 2009, la Consejería retomó su idea de regular el descanso de Semana Santa y de abandonar las vacaciones de Pascua, como lo han hecho ya la mayoría de las comunidades autónomas, pero volvió a quedarse con el único respaldo de las Ampas y la oposición de los sindicatos.

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El modelo que sugiere en esta ocasión la Administración educativa riojana señala una semana de vacaciones a caballo, al menos el próximo año, entre febrero y marzo. A cambio, suprimiría la semana de Pascua. Las asociaciones de padres de alumnos de centros públicos y concertados han sido ya informadas. No en vano, el cambio afectaría principalmente a las necesidades de conciliación, que se adelantarían a las fechas habituales de Pascua. Si el consejero Uruñuela logra su apoyo, como ya consiguieron sus antecesores en los años citados, le faltaría el de las organizaciones sindicales, hasta ahora reacias a un cambio que equipararía a La Rioja con la mayor parte de comunidades españolas.

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