MI VOTO ESTÁ CLARO

Señor Sánchez, el voto de los españoles no puede estar más claro. Cada uno vota lo que quiere, y faltaría más que le pidiéramos otra cosa, aunque a usted le guste mucho, poco o regular. Incluso en los casos en los que el voto popular hace una tontería (un Trump, por ejemplo, un Salvini) su voto sigue estando meridianamente claro.

Y lo que toca entonces a los políticos, señor Sánchez, es analizar las razones por las que la gente soberana ha votado eso, y actuar en consecuencia. Si el resultado no le gusta, haga lo que pueda para merecer más la siguiente vez. Si le toca gobernar con un resultado que no es todo lo bueno que le hubiera gustado, deberá hacer todo lo posible por conseguirlo, para hacer así honor al voto de los españoles. El de los que eligieron al PSOE y el de los que no, que son igual de buenos y de honrosos que los suyos.

Pero no es eso lo que huele. Si uno quiere conseguir algo en una posición incómoda (que no desfavorable) se mata a negociar. Y aquí las reuniones han sido pocas, a disgusto y siempre a última hora.

No, señor Sánchez, mi voto y el del resto de los españoles está muy, muy claro. Lo que no está tan claro es que usted sepa qué hacer con ellos.