Secciones
Servicios
Destacamos
Es posible que el propio Abascal no hubiera imaginado ni en sus sueños más delirantes que algún día acabaría siendo retratado en algunas encuestas como tercer partido de España y percibido como un caballo ganador. Después de habernos pasado años contando que en España no ... había una extrema derecha como en otros países europeos porque eran históricamente recientes los cuarenta años de dictadura, nos hemos encontrado con que después de unas elecciones autonómicas, las andaluzas de hace casi un año, Vox ha entrado en un Parlamento y condicionado acuerdos también en Ayuntamientos, con PP y Cs. Hoy están homologados por los hechos y acaban de consumar su reconocimiento con un debate televisivo en el que Abascal dijo en tono suave cosas falsas y alguna que otra barbaridad, pese a lo cual salió como vencedor.
Uno de los factores que influyen en ese auge de Abascal tiene que ver con la ofensiva del separatismo catalán, bendecido en sus procedimientos violentos por alguna de sus líderes, que hasta no hace mucho presumían de pacifismo y revolución de las sonrisas y no del odio largamente expresado. Para saber cómo repercute en el resto de España el desafío a la democracia y a la convivencia provocado por el separatismo catalán, solo hace falta ver cómo se ha recibido a los miembros de la Policía Nacional en sus localidades de origen cuando volvían de Cataluña.
Hay una enorme irritación entre los ciudadanos del resto de España que se pudo comprobar ya en las elecciones andaluzas. Hay un hartazgo entre los españoles, de dentro y de fuera de Cataluña, ante la violencia y el supremacismo; ante esa imagen de revolución de los opulentos, de los pijos que cortan impunemente las vías del AVE, cosa que jamás podrían hacer en Extremadura, por muy irritados que estuvieran, sencillamente porque no lo tienen. En ese cabreo, a veces visceral, trata de pescar Abascal, que frente al nacionalismo catalán se presenta como nacionalista español.
Esa conexión emocional le permite que se pasen por alto mentiras como que las manadas de violadores son extranjeros -acaban de condenar a unos habitantes de Manresa de nacionalidad española-; o ese despropósito de plantear que tenemos que elegir entre pagar las pensiones o seguir manteniendo el Estado de las Autonomías, gracias al cual, tiene Abascal una presencia que de otra forma no tendría.
Los votantes suelen ir a las urnas muchas veces con las tripas, también con la cabeza, claro, pero los estados de ánimo tienen una gran influencia a la hora de condicionar el voto. Sería bueno que todo el mundo fuera a votar, con la parte de su cuerpo que decida, pero que nadie se quede en casa a pesar de la fatiga electoral y de los cabreos que pueda acumular.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.