La quiebra de Silicon Valley Bank y de Signature Bank ha generado una ola de inquietud entre accionistas y depositarios de las entidades financieras que, empezando por EE UU, se ha trasladado al conjunto de las economías desarrolladas. Un efecto colateral de las políticas monetarias ... contra la inflación, que al elevar los tipos de interés han puesto en dificultades la red de bancos que habían optado por invertir preferentemente en deuda pública, y a las empresas y particulares que habían confiado en ellos sus depósitos. El presidente de EE UU y todos los responsables de los gobiernos y las instituciones europeas que este lunes se pronunciaron sobre lo que ocurría llamaron a la calma. Biden asegurando que los depósitos bancarios estaban a salvo en aquel país, y los responsables europeos alegando que las entidades a este lado del Atlántico lo están aun más. La crisis iniciada en el SVB concurría con el hecho de que esa entidad cuenta con los depósitos de numerosas empresas tecnológicas y startups que en la actual coyuntura están necesitadas de recurrir a fondos invertidos para hacer frente a obligaciones de tesorería. Las reservas de depositarios y accionistas hacia la solvencia de sus bancos se trasladan, en ese sentido, a las compañías y proyectos empresariales que operan con sus líneas de crédito. Biden hizo suya desde la Casa Blanca la decisión adoptada por la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro de desplegar nuevos mecanismos que aseguren, eventualmente, la devolución de depósitos por parte de la entidades requeridas a ello. La intervención de la autoridad federal no alcanza a ser un rescate; si acaso una disposición a préstamos puntuales. Lo que traslada el mensaje de una emergencia rebajada, pero con el inconveniente de que tiende a mantenerla en el tiempo. La presunción inmediata es que los bancos centrales, empezando por la Reserva Federal estadounidense, evitarán las subidas de tipos de interés previstas para así rebajar la tensión financiera. Aun a costa de que persista la inflación. Es inexplicable que las instituciones monetarias no previesen situaciones como la quiebra de Silicon Valley Bank como efecto, entre otras causas, de las políticas antiinflacionistas. Advertencia para una supervisión más diligente sobre los efectos de cada intervención pública en un entorno esencialmente volátil. Este lunes el Ibex cayó un 3,5% con el desplome del 12% en la banca española. Encabezando las pérdidas europeas por detrás de la bolsa de Milán.

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