¿Cómo vivir la Semana Santa en la pandemia?
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Lo primero de todo, he de advertir a mis lectores, con el fin de que no se confundan y se armen líos innecesarios, que el hecho de que no puedan celebrarse procesiones este año 2021 no implica que deje de haber Semana Santa. Por supuesto ... que no me refiero a la Semana Santa para el calendario, para el turismo o para las vacaciones. No. Hablo de que se puede vivir, y perfectamente bien, la Semana Santa desde el punto de vista religioso, devocional, de piedad. Ya lo creo que sí. Recordarán que el año pasado vivimos la Semana Santa en un confinamiento total: en casa y sin salir para nada. Yo, personalmente, viví unos días intensos, de mucha oración, de mucho reposo, de mucha contemplación de los grandes misterios de mi fe acompañando al Papa Francisco por la televisión.
Debo decir, asimismo, que siento que los cofrades de todas las cofradías se lleven una gran decepción por no poder sacar en procesión sus imágenes tan queridas y cuidadas por las calles de nuestras ciudades y pueblos riojanos. Pero, a la par, les animo a ellos y a todos ustedes, mis amigos lectores, a meterse con el pensamiento, y sobre todo con el corazón, en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Les ofrezco unas sencillas consideraciones para cada día de la Semana por si les pueden servir.
Hoy, Domingo de Ramos. Se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. No habrá procesión de ramos. Se bendecirán desde el altar los que cada cual haya llevado desde su casa. Hoy salía la simpática procesión de la Borriquilla. Piensen cómo era y lean en familia la Pasión del Señor según san Mateo, capítulo 21.
Lunes Santo. A las doce, en la concatedral de la Redonda, tendrá lugar la llamada Misa Crismal, que este año presidirá el obispo auxiliar de Pamplona, Juan Antonio Aznárez. Consagrará el Santo Crisma con el que se unge a los bautizados, a los confirmados y las manos de los sacerdotes. En la misma ceremonia será bendecido el óleo de los enfermos.
Jueves Santo. Este día comienza el Triduo Pascual, la celebración central de todo el misterio cristiano. Por la tarde, en todas las parroquias – y cuidando hasta el extremo las distancias, el uso de las mascarillas y el aforo permitido– tendrá lugar la llamada misa de la Cena del Señor, este año sin lavatorio de pies. Ese día resonará en nuestros oídos, y en nuestro corazón, el mandato del Señor: «Esto os mando, que os améis unos a otros como yo os he amado». Al final de la misa, se reserva el Santísimo en el monumento convenientemente adornado y se invita a los fieles a una adoración prolongada. Pueden hacer en familia y en casa un rato de oración con la primera carta de san Pablo a los fieles de Corinto: «Cada vez que coméis de este pan y bebéis de este vino, proclamáis la muerte del Señor».
Viernes Santo. La Iglesia hoy medita en la Pasión y Muerte del Señor. La celebración de la tarde – no es misa– consta de tres partes: liturgia de la Palabra, con especial atención a la Pasión de Jesús; la oración, en la que se pide por todas las necesidades de la Iglesia y del mundo; la Adoración de la Cruz, ante la que se hará una reverencia, y la Comunión. Hay que respetar el mismo protocolo que en todas las misas para evitar contagios. En este día, el Vía Crucis – un estupendo ejercicio de piedad– ocupa un lugar destacado en las parroquias. Se puede hacer el Vía Crucis en casa y en familia con un sencillo devocionario o por Internet. En el 2022 tendremos, si Dios quiere, la procesión tan devota del Santo Entierro.
Sábado Santo. A lo largo de día, es recomendable meditar la muerte del Señor y el dolor de María, su madre y nuestra madre. La Vigilia Pascual, que se celebra por la noche, es el momento culminante de toda la Liturgia cristiana. La resurrección de Cristo es el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza. En esta Vigilia destaca el Pregón Pascual, la bendición del agua, la renovación de las promesas que hicimos –o hicieron por nosotros– en el Bautismo y la proclamación de nuestra fe recitando el Credo. Mismo protocolo por el COVID: distancia, mascarillas...
Domingo de Resurrección. Misa de la Pascua con la máxima solemnidad. El cirio pascual ocupa un lugar central en el altar. Recitamos o cantamos el 'Regina coeli laetare', felicitando a María y alegrándonos con la alegría de su Hijo resucitado.
Podemos vivir una Semana Santa sencillamente inolvidable. No lo duden.
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