El PP se ve tan a gustito en la oposición, con el Gobierno progresista y de izquierdas de Andreu y Romero instalado en Vara de Rey, que le va a echar una mano para que no se mude en unos años. Es incapaz de silenciar ... su mediocre existencia y de camuflar su anodino pasar mientras espera el fruto de la badana que ya se zumban oconistas y conchistas en Martínez Zaporta. Era cuestión de tiempo, pero la impaciencia quema. Y una guerra doméstica en Duquesa de la Victoria más. Es vitriolo para la gaviota (o el charrán o lo que sea que es el pájaro popular) y abono para el rosal. Ceniceros está encendido como un novio traicionado y confía tanto en su capacidad de repetir el zarpazo del último congreso regional que no le ha importado significarse de una manera tan políticamente irracional. Aunque tuviera que oír el miércoles lo que no quería de gente de quien creía que sí le quería. Esto no acaba bien... para el PP. Fijo. No sé por qué me viene a la cabeza Machado, don Manuel: «Al destierro, con doce de los suyos /–polvo, sudor y hierro– el Cid cabalga».

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