Borrar

El 9 de enero murió el primer chino por COVID-19. El 23, con 17 fallecidos, el gobierno incomunicó a 60 millones de habitantes y se apresuró a construir hospitales de mil camas. Una de dos: o conocían desde el principio la inusitada virulencia de ... una epidemia vírica imposible de prever tan pronto, o la capacidad de anticipación del gobierno chino es para quitarse el sombrero cónico de bambú. En ambos casos, debió de servir de advertencia al resto del mundo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Virulencia de género