De viñas, rezos y juramentos

Dice un veedor del Consejo Regulador que al viñedo no le hace falta más agua para asegurarse otro éxito en la vendimia que ya ha arrancado. Los veedores son el gran hermano vitivinícola, el ojo que casi todo lo ve en la Denominación. Porque de ... tanto como ha crecido, la viña riojana se antoja inabarcable a la vista y al desaliento. Das una patada en un camino y te sale un viñedo, en espaldera mayormente, y con regadío por goteo. Antes, a la cabeza de cada renque de la viña se plantaba un rosal para que avisase si llegaba el oidio. Ahora, en cada majuelo florece una antena alta, fina y galana para recibir la señal que deja paso franco al agua cuando a la cepa le aprieta la calor. Estrés hídrico le dicen. Ahora ya no es tiempo para regar. Es más momento de mirar al cielo y de rezar. El campo siempre ha sido muy de oraciones o de acordarse de todo el santoral si la piedra o si la sequía. Aunque ya casi no quedan rezos ni juramentos para abarcar tanta viña.