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Un error humano ha cambiado de forma irreparable la vida de dos mujeres que nacieron el mismo día de hace 19 años en el desaparecido hospital San Millán logroñés. La exclusiva que ayer ofrecía este periódico acaparó la atención mediática nacional por su excepcionalidad. Pero ... lo insólito del caso no debería ocultar la trascedencia de una realidad que afecta a un derecho fundamental de dos personas que han vivido su infancia y adolescencia en la ignorancia de su verdadera identidad. Y los de las familias donde han crecido, ajenas ambas a un hecho que hoy las perturba. La responsable de la Consejería de Salud, Sara Alba, asumió ayer un error de hace casi dos décadas, como es oportuno en el marco de una administración pública, y lanzó un mensaje a los ciudadanos con afán tranquilizador: hoy sería imposible una equivocación semejante. Y así debe exigírsele al sistema sanitario. Pero hace 19 años ocurrió lo insospechado y las dos protagonistas de aquel error merecen, primero, explicaciones para esclarecer lo ocurrido; y segundo, las satisfacciones que la justicia entienda oportuna y proporcional. El resto de cuestiones éticas o morales que puedan derivarse les afectan solo a ellas, a su intimidad, a sus vidas y a las de sus familiares.
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