Versos nada clandestinos

Confieso mi ignorancia y mi nula capacitación poética. Lo mismo que Natura reparte orejas en lugar de oídos, así fue de rácana con el suscribiente en su nada equitativa distribución de los tarros de la sensibilidad lírica. Por eso, uno, que apenas si ha pasado ... de Lorca, Machado, Neruda... si acaso Gil de Biedma, se corroe de resquemor en esta página del calendario cuando salta a titulares de Cultura el agosto más poético en toda su pública y notoria clandestinidad. Antes de que esa iniciativa siquiera fuera una idea, el ecosistema literario, y por ende el poético, de la región estaba divido en dos. Odios en asonante, desprecios en endecasílabos, sonetos de menosprecio cuando no de vilipendio. Góngoras contra Quevedos. La Rioja, España en esencia. De aquello ni sé ni me importa una sinalefa. Pero en ese barro se ahormó el Agosto Clandestino que hoy celebra su 16 edición. Quizás por haberse gestado en aquella zozobra hoy goza de salud como para echarle unos versos a la pandemia.