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Los tres meses de confinamiento nos han dado margen a muchos para hacer cosas que en otras circunstancias habríamos olvidado. Una de ellas, en mi caso, fue seguir en directo los debates parlamentarios del Congreso. Y tengo que apresurarme a añadir que más que interés, ... lo que sentí en muchos momentos fue vergüenza propia. El monotema era, o debería ser, encontrar entre todos soluciones o ideas para paliar en lo posible los efectos de la pandemia. Mientras nuestros representantes políticos hablaban, se insultaban y discutían sin pudor, en España se estaban muriendo miles de personas y los hospitales rebosaban enfermos.

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larioja Vergüenza propia