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De pronto me encontré en un lugar que llaman biblioteca en el que todo el mundo lleva mascarilla y nadie habla. Vi a un tipo leyendo un libro que hablaba de la peste. Pensé que el destino me ayudaba. Desde las gafas del joven leí ... asombrado lo que contaba un tal Camus sobre lo insistente que es la estupidez humana, así que sonreí aliviado. Creían los hombres que las plagas era un mal sueño que tenía que pasar pronto, pero el médico del libro sabía que «de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan». Su arrogancia les hace creer que a ellos no va a pasarles nada. Noto que al creerse superiores desprecian nuestra pequeñez, ignoran que es nuestra insignificancia la que nos otorga la fuerza. Concluí que la estupidez es un factor de extinción de las especies. El lector debía estar enfadado porque cerró el libro como quien da un portazo. Me pilló tan desprevenido que casi me aplasta. El caso es que tuve que salir zumbando del escondite. Me dio un poco de pena. Me duró poco ese sentimiento porque nuestro instinto es reproducirnos a toda velocidad sin dejarnos influir por emociones.

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