Y el que venga detrás, que arree

Avisaba hace casi tres años en estas páginas Emilio Barco: «Este sistema de ayudas es un disparate». Se refería a la PAC y a sus tan insondables como diabólicos programas de pagos acoplados, desacoplados, verdes o en porciones El Caserío. Lo ha cantado muchas veces ... el profesor, aunque no está bien visto aquí despreciar los millones con los que Europa consuela al agricultor mientras sigue sin hacer nada por impedir que entre el surco y la tienda el tomate suba el 400%. Criticar, cero, aunque la tajada de esas ayudas se las repartan luego unos pocos. Aunque a la larga sean abono para ortigas y matorrales. Me lo recuerda hoy lo de las ayudas Covid a los viticultores. Tirar la uva al suelo tiene prima. (Bueno, tiene prima y tiene cojones). Como lo de la PAC, el grueso de la pasta de semejante despropósito se la reparten mayormente viticultores de toda la vida, de los que se parten el lomo en el majuelo. O quizás no. Quizás es otra bicoca para cuatro y el que venga detrás, que arree.