¿Se acuerdan de la gripe? Venga, hagan memoria, que no hace tanto. En efecto, era aquella infección respiratoria causada por un virus que cada otoño afectaba a millones de personas causando mayormente síntomas leves, pero también podía ser grave e incluso mortal, sobre todo ... en mayores de 65 años y/o enfermos crónicos. ¿Les suena? Aunque existía una vacuna que protegía frente a la enfermedad, que pocos se ponían, la gripe causaba todos los años la saturación de los centros de salud, el colapso de las urgencias y la sobreocupación de las camas hospitalarias. Entonces, partidos de la oposición, sindicatos sanitarios, albas pleamares y opinantes públicos y publicados denunciábamos falta de previsión, escasez de recursos y personal y, en definitiva, una mala gestión culpable del caos generado por el virus que lleva más de un siglo entre nosotros. Una vez coronado el pico invernal, la ola descendía y en primavera si te he padecido no me acuerdo, hasta la próxima temporada. Gracias a otro virus, ahora sabemos que la culpa del colapso sanitario otoñal no era de sus gestores, sino de la falta de prevención, en una población desinformada, con medios tan simples como la mascarilla, la higiene de manos, el distanciamiento y, por supuesto, la vacuna. Gracias a la adopción de estas medidas por el COVID-19, en los dos últimos otoños la gripe prácticamente ha desaparecido.
Publicidad
¿Ustedes recuerdan que en cada epidemia estacional de gripe restringiesen nuestra libertad o nos machacaran a todas horas con las cifras y tasas de testeados, contagiados, vacunados, hospitalizados o fallecidos por comunidades, provincias y municipios? Miren, como el de la gripe, este virus ha venido para quedarse; nos obligará a pincharnos todos los años una vacuna que tampoco protegerá al cien por cien y tendremos que aprender a convivir con el COVID-19 con la normalidad con que aceptábamos la gripe, pero más aprendidos.
Así que, por favor, paren ya de marearnos hasta la náusea con cifras siempre alarmantes de incidencias, positivos y ocupaciones actualizadas al minuto, y déjennos vivir en paz, ir adonde y cuando queramos, sin tutelarnos como a niños ni tener que someternos a un test hasta para bajar a los mingitorios del Espolón. Estamos cansados, aburridos, desmoralizados, hartos. Ya sabemos cómo reducir el riesgo de contraer y contagiar una infección viral transmisible por vía respiratoria y que con síntomas leves no hay que acudir ni al centro de salud, pues hay muchas enfermedades peores que el COVID desatendidas por su culpa. Los vacunados debemos vivir sin miedo y, desde luego, no ponernos la mascarilla en situaciones desaconsejadas por la evidencia científica solo porque lo haya decretado un presidente cuya principal preocupación es continuar siéndolo. Ya vale.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.