Si consumimos una cantidad de un compuesto químico por debajo de determinada dosis, los efectos sobre nuestra salud pueden no existir o incluso ser positivos. ... Sin embargo, si la ingesta supera dicho umbral las consecuencias pueden llegar a ser nefastas.
Ningún alimento es completamente inofensivo si se ingiere en grandes cantidades.
El Parlamento Europeo aprobó en febrero unas enmiendas a su informe sobre la lucha contra el cáncer para corroborar la evidencia científica: que el vino tomado con moderación no es perjudicial para la salud. Es una buena noticia, pero no podemos obviar que cada cierto tiempo algún comisario europeo o algún ministro de Sanidad promueva iniciativas en el sentido de identificar vino y alcohol.
El consumo moderado de vino dentro de la dieta mediterránea podría tener también beneficios para nuestra salud mental
En concreto, según la nueva redacción del Informe, el consumo «nocivo» de alcohol (que podríamos traducir más correctamente por moderado) es el que constituye un riesgo de desarrollar esta enfermedad, y no cualquier consumo, como indicaba inicialmente de manera errónea.
Hemos asistido en definitiva a un debate sobre la incidencia del consumo de alcohol y el cáncer. Todos tenemos o hemos tenido alguien cercano que ha padecido, padece o ha fallecido por esta maldita enfermedad, por lo que desde este artículo quiero mostrar mi mayor respeto por todos los oncólogos, radiólogos, enfermeros, auxiliares, médicos e investigadores que luchan todos los días. También quiero mostrar mi apoyo a todas la asociaciones contra el cáncer de nuestro país y en especial a la de La Rioja por el apoyo que prestan a las personas que lo han padecido o lo padecen o a sus familiares que también lo sufren.
Sin entrar en discusiones bizantinas, aplicando el sentido común, podemos asegurar que el vino no puede ser el culpable del incremento de mortalidad por tumores en España, puesto que en la etapa estudiada cada vez bebemos menos vino.
Dicho lo cual también es importante defender el consumo moderado de vino bajo el aspecto cultural y hedonista, pero también por los efectos beneficiosos que el consumo moderado de vino tiene en nuestra salud.
Todo el apoyo científico del informe discutido en el Parlamento Europeo se basa en el Estudio sobre la incidencia global de cáncer atribuido al consumo de alcohol 2020 publicado por la revista Lancet Oncology el día 13 de julio de 2021. Analizada la investigación por expertos en medicina, afirman que se trata de un estudio epidemiológico, observacional. Por lo tanto, está basado en estimaciones y no se conocen datos específicos sobre la relación entre el individuo, el factor de riesgo (en este caso el alcohol) y la enfermedad (los casos de cáncer). Este tipo de estudios son útiles en epidemiología para plantear hipótesis, pero no permiten inferir relaciones de causalidad.
Cabe mencionar, además, que el estudio analiza el alcohol en general, sin tener en cuenta los diferentes tipos de bebidas, con lo cual, el posible menor riesgo del vino debido a sus componentes, y su papel en la dieta mediterránea, queda diluido en el conjunto del alcohol.
Sin querer entrar en temas médicos, no parece que la Unión Europea quiera prohibir «ir a la playa» por el riesgo de la radiación ultravioleta, y ello aun cuando un total de 78.000 casos de tumores pueden considerarse atribuibles a esta causa.
Es importante destacar que, además del referido estudio de Lancet Oncology, hay más investigaciones (en los últimos años 1.240 artículos científicos) que también podrán ser discutibles, y que avalan los beneficios de su consumo moderado de vino. Solo recojo un par de ejemplos testimoniales
El interés tan reciente del consumo moderado de vino nace en 1992, con la publicación de la Paradoja francesa (Renaud y Lorgeril). El vino resultó ser la única entre todas las bebidas alcohólicas que redujo sistemáticamente los riesgos de mortalidad provocada por todas las enfermedades.
Los taninos pueden inhibir el estado inicial del cáncer. Perchellet, J.P: director del Laboratorio de drogas anticancerosas de Kansas.
Los bebedores moderados gozan de una esperanza de vida mayor que los abstemios o que los bebedores excesivos». Willet,W.: Escuela de Salud pública de Harvard.
El consumo moderado de vino dentro de la dieta mediterránea podría tener también beneficios para nuestra salud mental.
Los estudios científicos señalan propiedades como la prevención del deterioro cognitivo asociado a la edad, la depresión y la ansiedad. En España un total de 3.941 personas se quitaron la vida en 2020, dato que pone los pelos de punta, pero aun así, es menos de la mitad de los suicidios contabilizados en los países del norte de Europa, que beben menos vino.
El consumo moderado de vino ayuda a la digestión, pues los componentes del vino son digestivos consumidos en pequeñas cantidades.
Un equipo de científicos de la Universidad de Loyola Medical Center (EE.UU.) encontró un riesgo significativamente menor de demencia entre los bebedores regulares y moderados de vino tinto en 14 países diferentes. Y es que el resveratrol reduce la viscosidad de las plaquetas de la sangre, lo que ayuda a mantener los vasos sanguíneos abiertos y flexibles (sin coágulos), lo que a su vez contribuye a mantener un buen suministro de sangre en el cerebro. El estudio fue publicado en la revista The Journal of Neuropsychiatric Disease and Treatment.
El vino hay que tomarlo porque anima, porque facilita las conversaciones y las relaciones personales y nos permite olvidarnos del trabajo. Tomado con moderacion tiene un efecto relajante, tonificante, favorece la digestion y relaja el espíritu.
Tampoco podemos olvidar que el vino es considerado un alimento, tal y como recoge la Ley 24/2003 del 10 de junio de la Viña y el Vino, y que forma parte de la Dieta Mediterránea, según la OMS.
En 1996 se celebra el Primer Congreso de Barcelona sobre la Dieta Mediterránea. Se consensua por la OMS y la FAO como esenciales de la Dieta Mediterránea tradicional «el consumo de cereales, legumbres, frutas, verduras, frutos secos y pescado. Estos alimentos se condimentan habitualmente con aceite de oliva y se acompañan de un consumo moderado de vino en las comidas».
Quiero terminar con dos citas, la del padre de la microbiología, Pasteur (1822-1895): «El vino es la más sana e higiénica de todas las bebidas», y la del padre de la medicina, Hipócrates (460-370 a. C.): «El vino es una cosa maravillosamente apropiada para el hombre si, en tanto en la salud como en la enfermedad, se administra con tino y justa medida».
Y es que hace 2.400 años ya se tenía claro que el vino era bueno si se bebe con tino y justa medida.
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